Por: Nicolas Davila Peralta
Una semana de haber iniciado el proceso para elegir a quien contenderá por la Presidencia de la República a nombre de la oposición, se ha puesto en evidencia la arcaica política del “dedazo”. Hasta el viernes pasado, se habían registrado como aspirantes ante el Comité Organizador del Frente Amplio por México, Santiago Creel Miranda, Xóchitl Gálvez Ruiz, Gabriel Quadri de la Torre, Enrique de la Madrid Cordero, Jorge Luis Preciado Rodríguez, Beatriz Paredes Rangel, Francisco García Cabeza de Vaca y Silvano Aureoles Conejo.
El jueves 6 se registraron, además, tres aspirantes sin partido: Víctor Hugo Gutiérrez Yáñez, del Movimiento Social 2024 y dirigente de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas; Sergio Iván Torres Bravo, quien se identificó como policía federal inactivo, y Ricardo Urbano Barrón, administrador público.
Los demás aspirantes, entre ellos la senadora moreno-panista-ciudadana Lilly Téllez, el dirigente del Frente antiAmlo Gustavo de Hoyos y José Ángel Gurría, se bajaron de la contienda argumentando que el proceso no es claro y tiene ya una tendencia hacia una aspirante, percepción en la que coincidió Jorge Luis Preciado.
El proceso sigue con la recolección de firmas y la selección de los finalistas. Sin embargo, hay algo que no cuadra con lo debe ser un proceso democrático y equitativo. Desde el inicio se ha notado una cargada de medios informativos, redes sociales, líderes de opinión y lo que la posición llama “sociedad civil” (organizaciones empresariales, organismos civiles, etcétera) a favor de la panista Xóchitl Gálvez, quien de la noche a la mañana ha presumido ser “de izquierda”, de origen pobre, vendedora de gelatinas e indígena, borrando en los medios su presente empresarial y su pasado como funcionaria en el gobierno de Vicente Fox.
Poco a poco, el manejo publicitario a favor de Xóchitl Gálvez ha ido opacando la figura del panista Santiago Creel, que lucha por hacerse notar con discursos agresivos en el Senado, mensajes del mismo tono en redes sociales, todo condimentado con las lágrimas que derramó el día de su registro.
Por si alguien todavía duda de que la cargada es para Xóchitl Gálvez, el partido Movimiento Ciudadano, en voz de su dirigente Dante Delgado, expresó sus simpatías con la senadora panista.
La carta fuerte del PRI en esta contienda es Beatriz Paredes Rangel, ex gobernadora de Tlaxcala y ex dirigente del tricolor. El día de su registro destacó su militancia política y presumió de “no tener cola que le pisen”; pero ella, quien podría ser la mejor carta del Frente Amplio por México, no es la preferida de quien tiene el “dedo elector”: Claudio X. González.
La ultraderecha sacó las uñas
Frente al presunto “dedazo” a favor de Xóchitl Gálvez, la extrema derecha ha reaccionado reprobando su candidatura, calificándola como una persona de izquierda, proaborto, simpatizante de la ideología de género, entre otras linduras.
Las críticas en contra de Gálvez las encabeza Eduardo Verástegui, ex funcionario del gobierno de Donald Trump, firmante de la “Carta de Madrid” de tinte anticomunista y organizador del encuentro de Acción Política Conservadora, que reunió en Guadalajara a líderes de extrema derecha, fascistas y neonazis de varios países de América y Europa, y en donde fue proclamado como candidato de los ultraconservadores a la Presidencia de la República.
Todo hace suponer, pues, que la cargada de la oposición será a favor de Xóchitl Gálvez; los ataques de la ultraderecha en su contra, son un indicio más de que ella es la elegida por el dedo de Claudio X. González, verdadero líder de la oposición.