Por: Nicolás Dávila Peralta
Conforme se acercan las elecciones federales de 2024, en el panorama de los sectores político, económico y social de la oposición se va descubriendo un abanico de opciones para que los partidos derrotados en 2018 recuperen el poder, que van desde el resurgimiento de grupos neonazis hasta la creación de una organización internacional autocalificada de “antipopulista”, a la que pertenecen el PRI y el PRD, partidos que hoy se dicen socialdemócratas.
El 28 de mayo, se realizó en Monterrey, Nuevo León, la segunda Jornada de Formación y Militancia de una organización que se hizo llamar Unión Nacional Revolucionaria, de tinte neonazi. Para poder participar en esa reunión, los solicitantes tuvieron que pasar varios filtros, entre ellos, una revisión de sus sitios en las redes sociales, con base en la cual se rechazaron quienes mostraron simpatías con los movimientos feministas o lésbico-gay-bisexual-transexual (LGBT) o con el marxismo. La secrecía fue la característica de esta reunión.
A la par de esta reunión, en la Ciudad de México y otras ciudades del país, se organizaron marchas bajo el lema: “La Suprema Corte no se toca”, en referencia a las críticas que ha recibido el supremo tribunal del país por las decisiones tomadas en las últimas semanas, que muestran una tendencia a convertirse en un poder por encima del Ejecutivo y el Legislativo, lo que ha llevado al presidente de la República a proponer una reforma a fondo del Poder Judicial.
En la marcha participaron los mismos líderes opositores que estuvieron presentes en las marchas anteriores, donde el grito fue: “el INE no se toca”. En ambos casos, las evidencias apuntan hacia un uso político por parte de la oposición, primero, del Instituto Nacional Electoral y ahora de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Durante la marcha, un grupo radical de derecha dañó el monumento a los niños víctimas del incendio de la Guardería ABC, desprendieron y/o rompieron las cruces de los niños muertos en el incendio y con ellas atacaron a quienes se encontraban en plantón frente al edificio de la Suprema Corte. El fanatismo sólo sabe de violencia.
Los días jueves y viernes de la semana pasada, se reunieron en la Ciudad de México representantes de los partidos que pertenecen a la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal) y de la Alianza Progresista de Europa, todos ellos autocalificados socialdemócratas.
El objetivo de la reunión, a la que asistieron “Alito” Moreno, líder del PRI, y Jesús Zambrano, dirigente de lo que queda del PRD, fue crear el Pacto Progresista Global, cuyo objetivo, según se afirmó, es defender la democracia y rechazar a los gobiernos “populistas”.
En su intervención, “Alito” Moreno llamó a “frenar el avance del autoritarismo, para edificar un siglo 21 de libertad, igualdad, solidaridad y paz mundial (…) Debemos comenzar por derrotar totalmente al autoritarismo populista”.
Por su parte, Jesús Zambrano afirmó que México enfrenta “peligrosos riesgos” de instauración de una dictadura y acusó al gobierno de López Obrador de aliarse con el crimen organizado con fines electorales.
Lo extraño es que la socialdemocracia, que en los siglos XIX y XX se identificaban como una corriente socialista contraria a la toma violenta del poder, hoy dice luchar por mejores condiciones de vida, pero bajo la sombra del neoliberalismo.
Retazos
El caso de las compañeras reporteras de Enlace Noticias ha pasado a las manos de la autoridad federal, por tratarse de un caso de violencia en contra de dos periodistas. El cateo realizado a la Dirección de Seguridad del municipio de Izúcar muestra que el caso avanza, para que los culpables de esos actos de violencia física y psicológica tengan castigo, sin importar el poder que presuman tener.