Gabriel Sánchez Andraca
El peligro para las elecciones del próximo 2024, en las que habrá cambio de presidente, de gobernadores de la mayor parte de los estados, de senadores, de diputados federales y de casi todos los congresos locales, es que el partido Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, se divida.Parece que eso puede pasar y que los dirigentes nacionales y locales no se dan cuenta del peligro.
Este año habrá elecciones en los estados de Coahuila y Edomex. En el primero ya estalló la división con la designación del candidato a gobernador, un ex priísta que ganó las encuestas y dejó fuera al que hasta hace muy poco fue el subsecretario de Seguridad, muy eficiente por cierto, pero que no obtuvo mayoría y se fue al PT, que lo postuló como su candidato al gobierno coahuilense.
Esa postulación resultó molesta para la dirigencia de Morena y hasta para muchos morenistas,y posiblemente tenga repercusiones en la votación. Aunque el PT es aliado de la 4T, “no es lo mismo que lo mesmo”, como dice el dicho.
Por lo que respecta al Estado de México, los opositores del PRI, PAN y PRD, que van en alianza, ya dejaron en manos del PRI todo lo relativo a la designación de candidato a la gubernatura y a la organización de la campaña, pues se considera que ahí el PRI es el fuerte.
Morena tiene buena candidata y parece que ha sido aceptada por todas las corrientes al interior de ese partido.
PERO EN OTROS ESTADOS, PUEBLA POR EJEMPLO, las cosas son distintas. Aquí ya quedaron definidos los aspirantes con posibilidades: Ignacio Mier Velasco y Alejandro Armenta, pero la guerra sucia se ha iniciado desde el momento en que se soltó el rumor de que el candidato del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, es Ignacio Mier. Él tuvo que aclarar que es su amigo y que ese asunto lo debe resolver la dirigencia del partido y no él.
Sin embargo, también se soltó otro rumor: como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), sancionó a Adán Augusto López Hernández, a Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la ciudad de México e Ignacio Mier, diputado federal y coordinador de la bancada morenista, por violencia política, los tres quedan fuera de la posibilidad de ser candidatos.
Se ve claramente que los de la alianza opositora y gente que milita en Morena, tienen interés en evitar que lleguen a las candidaturas a las que los mencionados aspiran, porque son leales al Presidente y a los principios de la 4T.
Pero falta todavía que el TEPJF demuestre que los mencionados cometieron la falta que se les atribuye o el Tribunal está exagerando para debilitar a la 4T, pues dicho tribunal es parte del IFE, que el gobierno pretende reformar para hacer a ese organismo, de veras independiente y no sometido a intereses creados y además, bajarle el enorme presupuesto de que goza y que utiliza incluso para hacer campañas antigobiernistas y boicotear acciones gubernamentales.
LAS DIFERENCIAS ENTRE RICARDO MONREAL, el senador coordinador de la bancada del partido en el poder en esa Cámara, están por lo menos inquietando a muchos partidarios de Morena, pues incluso se rumora que Monreal buscará la candidatura a la Presidencia a través del PT.
Todos esos rumores, esos pleitos que se hacen públicos, deben ser resueltos con diálogo y con negociaciones entre los implicados. No hacerlo es estar exponiendo a la 4T a una división que en los momentos actuales, resultaría peligrosa.
NO HAY POSIBILIDADES, SEGÚN TODAS LAS ENCUESTAS, de que Morena pierda la presidencia de la República, pero para lograr la transformación total del país que ha iniciado, necesita no solo tener al presidente, sino también a los diputados federales y locales, a los senadores, a la mayor parte de los gobernadores y ayuntamientos.
Estamos viviendo una verdadera transformación democrática en la que prevalece la independencia, la autonomía de los poderes Judicial y Legislativo. El presidente de la República ya no es como los de antes, surgidos del PRI o del PAN, que tenían sometidos a su voluntad omnímoda a senadores, diputados y magistrados de la Suprema Corte.
Los gobernadores de los estados ya no están a las órdenes del ejecutivo federal. Los medios de difusión, como nunca, gozan de libertad para expresar sus críticas al gobierno que en ocasiones derivan hasta en insultos y frases ofensivas al presidente. Este se defiende a través de sus mañaneras y refuta en ocasiones lo que se dice o escribe en los medios de difusión “independientes”, pues no quiere que le pase lo que a Francisco I. Madero, que fue insultado y difamado hasta el cansancio por los porfiristas a través de la prensa de entonces, abonando el camino para su caída y asesinato.
EL PARTIDO EN EL PODER, CREADO POR LÓPEZ OBRADOR, debe darse cuenta perfecta de los peligros que está corriendo y trabajar para lograr una buena estructura que le permita tener una organización fuerte y una militancia unida para vencer todos los peligros que le acechan.
El PRI de antes del neoliberalismo fue el partido político mejor estructurado de América Latina, el mejor organizado, con una militancia disciplinada y unida.
Sus tres sectores: campesino, obrero y popular, fueron su fuerza. Su programa social resolvió muchos de los problemas de abandono en que se tuvo a las clases populares; los obreros tuvieron un salario mínimo digno, seguridad social, acceso a vivienda y a créditos; los campesinos tuvieron asistencia técnica, semillas mejoradas, fertilizantes, y las medias populares, acceso a la educación media y superior y los servicios de salud. Llegó el neoliberalismo traído por los economistas educados en los Estados Unidos y todo se derrumbó. Secretamente se cambiaron los principios del partido tricolor, se cambió la Ley Federal del Trabajo, el programa social, se propició el derrumbe de los tres sectores que eran los pilares del partido, se pretendió la privatización de los servicios sociales de salud y educación y el PRI se vino abajo. Eso no debe volver a pasar y los morenistas de ahora, tienen que evitarlo con trabajo, patriotismo y dedicación.