De veras que no escarmientan; esos priístas de ahora insisten en mantenerse como fieles marionetas en la carpa de títeres de don Claudio X. González, donde las estrellas de su aburrido espectáculo son los panistas y las marionetas de relleno son los enanitos solaztequistas.
La semana pasada, los líderes del PRI: Alito el madrugador, del PAN: Markito el bien portado y Chuchito, el perredista; anunciaron emocionados que la alianza Va X México sigue adelante, es decir, seguirán obedeciendo a los hilos que maneja don Claudio y mantendrán en una triple sepultura a los principios que les dieron origen, a los proyectos originales y a sus fundadores.
Los priistas fieles a Alito han sepultado a sus fundadores: Plutarco Elías Calles (Partido Nacional Revolucionario), Lázaro Cárdenas del Río (Partido de la Revolución Mexicana), Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés (Partido Revolucionario Institucional).
Los panistas de Markito y sus corifeos del Yunque ya ni flores llevan a la tumba de don Manuel Gómez Morín, quien volvería a morirse si viera en lo que ha terminado el partido que él fundó como contrapeso del entonces Partido de la Revolución Mexicana.
De los Chuchos del todavía llamado partido, el de la Revolución Democrática, ni que hablar, son los sirvientes fieles de los tricolores y de los azules. Así se vio en el anuncio que hicieron los tres partidos: seguirán en la carpa de Va X México, pero los que se dividieron el pastel fueron el PRI y el PAN, Chucho Zambrano estuvo como invitado de piedra.
Con la angustia a flor de piel, Alito busca conservar las dos únicas gubernaturas que le quedan al otrora omnipotente Partido Revolucionario Institucional; por eso, los tricolores serán quienes coordinen las elecciones en el Estado de México y en Coahuila, porque si pierden en esas entidades, sólo faltará que un perro les moje los zapatos.
Por otra parte, los piadosos y bien portados panistas, refrendan su papel de marionetas estrellas de la carpa de Va X México y reclamaron para ellos la coordinación de las elecciones presidenciales de 2024 y las de la Ciudad de México, la cual, según sus curiosos razonamientos, hoy está dividida en el poniente que paga impuestos y el oriente que se los gasta.
Mientras tanto, los pocos militantes del Partido de la Revolución Democrática se quedaron como el chinito: “no más milando”, pero insisten en considerarse parte de la salvación de México de la “destrucción” lopezobradorista, cuando ellos, en pocos años, destruyeron el partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, como la opción de izquierda democrática que hiciera frente al neoliberalismo pripanista.
Así las cosas, muy contentitos, como los “tres cochinitos” ya perciben que Coahuila y Edomex seguirán siendo priistas y que en 2024 gobernarán la capital y todo el país y todo se lo deben, no a su mánager, sino a su titiritero don Claudio X, el cual espera que sus marionetas cumplan la tarea para que sea la derecha empresarial la que en realidad tome el poder si no por amor, “por la juerza”, como lo hicieron en Perú, que para llegar al poder, todo se vale y si no se logra, por lo menos se hace berrinche, como los seguidores de Bolsonaro en Brasil, que el domingo 8 de enero invadieron las sedes de los tres poderes de ese país.
Retazos
UNO: Frente al desfile de marionetas del PRIANPRD marca Va X México, los mexicanos vimos la fortaleza de las relaciones diplomáticas de México frente a los vecinos del norte: Estados Unidos y Canadá, en la décima Cumbre de Líderes de América del Norte, una reunión trilateral donde los “vaporméxico” esperaban una buena regañada a López Obrador o, ya de perdida, el desprecio al Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” para la llegada de los mandatarios canadiense y estadounidense.
DOS: el 9 de enero murió el fraile dominico Miguel Concha, un religioso que fue voz para los desprotegidos, líder en la defensa de los derechos humanos de los mexicanos, defensor de la Teología de la Liberación y, como profesor universitario, formador de varias generaciones de jóvenes en quienes sembró la semilla de la justicia. Sin duda, recibe ya el premio de su trabajo.