Por: Gabriel Sánchez Andraca
Durante casi dos décadas de finales del Siglo XX, tres políticos destacaron en Puebla al grado de ser considerados, en cada cambio de poder en el estado, como viables para ser los candidatos del PRI a la gubernatura. Se trató de Marco Antonio Rojas, quien falleció recientemente; Miguel Quirós Pérez, que pereció hace dos años y Guillermo Pacheco Pulido, el único que llegó a gobernador interino durante cuatro meses anteriores al actual gobierno. Los tiempos no les favorecieron: el PRI no era partido de democracia interna, sino todo lo contrario.
El Presidente de la República decía quién sería el sucesor del gobernador saliente y todos los priístas inclinaban la cabeza y decían las mágicas palabras: “Sí, Señor Presidente”. Así era en todos los estados del país, pero en Puebla empezó la rebelión para que ese sistema cambiara, con el derribo del gobernador Antonio Nava Castillo, un militar de alto rango, que trajo un equipo en el que prevalecían los militares, casi todos ajenos por completo a Puebla y autoritarios como debía ser, para someter a los universitarios que habían iniciado el Movimiento de Reforma Universitaria, y a los grupos que empezaban a rebelarse contra el autoritarismo que les recordaba a Maximino Ávila Camacho, el general-gobernador, que se sintió dueño de vidas y haciendas. Y lo fue.
TODO MUNDO LAMENTABA QUE NO SE TUVIERA en cuenta a los valores locales: Marco Antonio Rojas Flores, Miguel Quirós Pérez y Guillermo Pacheco Pulido, eran políticos de carrera, que habían hecho sus estudios en la entidad y que toda su trayectoria política y administrativa, estaba ligada al Estado.
Los tres fueron diputados locales, los tres fueron diputados federales, los tres fueron dirigentes del Sector Popular del PRI, los tres fueron dirigentes estatales del PRI, los tres fueron altos funcionarios públicos en administraciones del gobierno local, los tres fueron presidentes municipales de la capital del estado; es decir, eran políticos completos, hechos en la brega política estatal: Tenían oficio político, tenían sensibilidad política y social, eran como pocos lo han sido, políticos completos.
MARCO ANTONIO TENÍA UNA GRAN VIRTUD, SIEMPRE fue una persona sencilla en su trato, nada ostentoso (ninguno de los tres lo fue) nada soberbio. Le gustaba dialogar con la gente, sabía escuchar y conocía cuáles eran las necesidades de los ciudadanos de los pueblos pequeños y de las ciudades.
Originario de Tecali de Herrera, desde que fue funcionario en el gobierno de Aarón Merino Fernández, empezó a transformar a su pueblo, impulsando la explotación del ónix o mármol de la región. Las artesanías hechas con ese material se hacían en escala artesanal, pero poco después alcanzó a ser una verdadera industria, cuyas piezas han sido y siguen siendo muy demandadas por los turistas.
Las ruinas del convento colonial de Tecali fueron restauradas y embellecidas, sin dejar de ser ruinas; se reconstruyó el pequeño teatro de palapa que ahí existió desde los tiempos de la colonia española, se restauró el magnífico mural de la iglesia parroquial, se adoquinaron sus calles, se introdujo el agua potable, y ahora Tecali, del que un famoso abogado dijo un día que era un pueblo destinado a desaparecer, actualmente recibe por semana a cientos de turistas. El gobernador Merino Fernández, también tenía un especial afecto por esa población, donde sus padres trabajaron como maestros, cuando él era niño.
EL FALLECIMIENTO DEL LICENCIADO ROJAS FLORES, el miércoles, fue muy sentido por un amplio sector de la población. La clase política priísta mostró su pesar, pues era uno de los valores del priísmo local, pero personas pertenecientes a otras organizaciones políticas también expresaron su sentimiento por su muerte.
Va una anécdota:
SU COMPETIDORA PARA LA PRESIDENCIA MUNICIPAL por el PAN, fue la señora Ana Teresa Aranda y el día en que se anunció el triunfo del candidato priísta, en un acto efectuado en las oficinas panistas, en el centro histórico, donde también estaban las oficinas de CAMBIO, ella manifestó ante el micrófono: “Andan diciendo que ganó el licenciado Marco Antonio Rojas a quien, en este momento, están practicándole una delicada operación quirúrgica, en el hospital de la Beneficencia Española”.
Luego de escuchar eso, corrí al teléfono para confirmar la noticia y llamé a su casa: me respondió él en persona y le dije: “Oye, Ana Teresa acaba de decir hace un minuto, que te están operando” y soltándose a reír solo expresó: “Ah canija”. Mi más sentido pésame para todos sus familiares y amigos. Siempre guardaremos un buen recuerdo de nuestro amigo Marco.
EL PASADO SÁBADO, FUE EL INFORME DEL coordinador de la bancada de Morena en el Congreso federal, Ignacio Mier Velasco, en el salón Cholula Center, sobre la recta a San Andrés Cholula. Eso se anunciaba en los carteles que el presidente municipal panista, don Eduardo Rivera Pérez, mandó a destruir, porque según él, eran propaganda político electoral antes de tiempo.