Con la mirada puesta en el día en que la Iglesia tenga que designarle un sucesor, el papa Francisco invistió este sábado a 20 cardenales, 16 de estos cardenales tienen menos de 80 años que recibieron el título de «príncipe de la iglesia».
Los nuevos cardenales se arrodillaron ante el papa para recibir la birreta roja cardenalicia así como el anillo y el título. A la ceremonia asistieron sólo 19, ya que el arzobispo de Ghana, Richard Kuuia, tuvo que ser hospitalizado tras llegar a Roma por problemas cardíacos.
Con 85 años, papa francisco señala que ya lidia con los achaques de la edad y no descarta renunciar por razones de salud, por lo cual prepara el futuro de la Iglesia con la «creación», según el término religioso, de estos 20 cardenales, 16 de ellos con derecho a votar en el cónclave que designará al próximo jefe de los católicos.
Fiel a su línea a favor de una Iglesia menos europea, cercana a los olvidados, el papa eligió a dos africanos y cinco asiáticos, incluidos dos indios, confirmando el auge de ese continente.