Noemí Bautista / Fotos: Josue Escudero / San Juan Epatlán, Pue.
Cumple casi 70 días el conflicto bélico entre Rusia-Ucrania, países que abastecen de fertilizantes al mundo, lo que ha generado que su precio incremente drásticamente, generando un aumento de entre 150 a 180 pesos el costo de producción por tonelada de caña azúcar; esto lo dio a conocer Carlos Blackaller Ayala, dirigente nacional de la Unión de Cañeros A.C.-CNPR.
Acompañado del líder Eliseo Morales Rosales y de los secretarios de la organización, el dirigente nacional de la CNPR visitó el ejido de Santa Ana Necoxtla, que pertenece a la región cañera del Ingenio de Atencingo, para conocer las necesidades de los productores cañeros y de los cortadores de la vara dulce.
El escenario global es complicado
Blackaller Ayala reconoció que el escenario global es complicado, lo que afecta a los productores, ya que los costos de los insumos agrícolas dependen de los mercados internacionales, su valor no lo fija el gobierno mexicano o el comercializador, el precio es internacional.
Ante ello, dijo, “lo que podemos hacer nosotros como organización es tener el recurso económico para poder hacer la compra de los insumos, ya que ahora en algunas regiones del país, se tiene el recurso económico, pero no hay disponibilidad de fertilizantes, lo que es doblemente caro, porque el campo requiere fertilizante y no se le puede aplicar, y cuando tengas el fertilizante lo vas a aplicar, pero la efectividad ya no es la misma, es menor”.
Añadió que, al haber menos capacidad de la compra del producto, se deben tomar decisiones como aplicar menor cantidad, que se experimenten con otros productos, aunque estos pueden dar o no resultados, y que pudiera afectar el circulo siguiente de producción.
Recomendó aplicar de manera eficiente y en el momento oportuno el fertilizante, ya que en estos tiempos esta caro y escaso, lo que pudiera afectar en una menor productividad en el campo.
“Algunos fertilizantes cuestan entre 23 y 25 mil pesos, cuando costaban entre 10 a 11 mil el año pasado (aumentó más del doble); es decir, que está afectando en el costo de producción y el impacto en el aumento del precio de los agroquímicos, fertilizantes, diésel, la maquinaria, etcétera, nos va a impactar. El costo de producción, en un promedio nacional va de entre 150 a 180 pesos por tonelada de caña, cifra superior al año pasado”, expuso.
“Si queremos recuperar el costo de producción a través del precio del azúcar, el azúcar debería estarse vendiéndose en el país arriba de los 19 mil pesos y ahora estamos en 16 mil, habrá que aumentar 3 mil pesos el valor de la tonelada de azúcar para compensar el mayor costo de producción que se está teniendo en los productores de caña”, puntualizó.
Visita a los productores
El presidente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, Eliseo Morales Rosales, agradeció la visita del dirigente nacional en el campo donde se siembra la vara dulce que abastece al ingenio.
En la visita del dirigente nacional, estuvieron presentes: la presidenta municipal de San Juan Epatlán, Alicia Vargas Melo; el gerente de la fábrica del Ingenio de Atencingo, Amado Octavio Nieva Manzano, los productores y cortadores de la vara dulce, donde conversaron y conocieron las necesidades que se tienen en la región.
En su mensaje, Morales Rosales dio gracias por la visita del dirigente nacional y reconoció el trabajo que ha realizado a favor de los productores que integran la organización, al mismo tiempo, reiteró su disponibilidad de trabajar de la mano.
Eliseo “El Chino” Morales, resaltó que desde que asumió la administración de la organización; ha escuchado las necesidades de los productores e hizo un llamado para seguir en la lucha para defender sus derechos.
“Estamos trabajando con hechos, tenemos el interés y el compromiso de trabajar en beneficio del gremio cañero, mi propósito es hacer de la CNPR una agrupación cañera que sirva de ejemplo para otras en beneficio de los agremiados”, enfatizó.
En el campo de cultivo del ejido de Santa Ana Necoxtla, perteneciente al municipio de San Juan Epatlán, se entregaron a los cortadores de la vara dulce un machete, y se rifaron dos bicicletas, como una muestra del reconocimiento al trabajo que realizan.
Posteriormente acudieron a las tiendas de insumos que expenden productos químicos y fertilizantes; al campo experimental, es decir, el laboratorio ubicado en Zolonquiapa; a la explanada de la despachadora de diésel de la CNPR y a las oficinas centrales recién remodeladas.