La historia de esta celebración comenzó en 2013 después de que una pareja obtuvo el récord beso más largo del mundo, con un tiempo de 58 horas 35 minutos y 58 segundos, establecido por una pareja tailandesa.
El beso ha sido y es protagonista en todas las artes, la literatura, la poesía, la pintura, la música o el cine, con más o menos éxito, pero en todas sus facetas, entre parejas, amigos, familiares, a nuestras mascotas, en la mejilla, en la boca, al aire… se cuentan por millones los tipos de besos, manifestaciones de amor y cariño por excelencia desde tiempos inmemoriales.
El beso puede compararse a una droga natural, pues provoca en los individuos un incremento de oxitocina, la hormona responsable de generar cambios físicos y neurológicos como el placer, el enamoramiento y todo lo vinculado a la afectividad.
Y es que Un beso realmente bueno puede producir tanta dopamina que la sensación puede ser comparable a la sensación que se obtiene al usar narcóticos.
Un beso normal quema 6.4 calorías por minuto. Un beso apasionado puede quemar hasta 20 calorías por minuto.
Un beso promedio dura más de 12 segundos.
Usamos hasta 112 músculos posturales y 34 músculos faciales cuando besas a alguien.
Un beso puede tener hasta 80 millones de bacterias nuevas
Aunque, también según varios estudios, es más probable que te enfermes por dar la mano que por besar.
Cuanto más besas, más saliva se produce, que actúa como un escudo protector sobre los dientes y evita la formación de placa y bacterias
Para las personas que acostumbran besarse, esto puede representar el tener una vida más longeva y feliz, pues encierra un poder terapéutico y psicológico. En otras palabras, el beso puede representar un acto definitorio de éxito o fracaso entre los amantes.