Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
Este domingo 10 de abril se ha realizado en el país el primer Proceso de Revocación de Mandato del Presidente de la República, donde los ciudadanos registrados en el Padrón Electoral tuvieron la oportunidad de acudir a las urnas a depositar su boleta con la respuesta a la pregunta: ¿Estás de acuerdo con que Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?
Es la primera vez en la historia de México que los ciudadanos han tenido la oportunidad de valorar la actuación de un Presidente de la República después de su tercer año de gobierno.
Generalmente, hemos concebido a la democracia como el ejercicio de elegir a los gobernantes y a los representantes en el Congreso de la Unión y los congresos locales. A esto se le llama democracia electoral.
Con la consulta de revocación de mandato, los mexicanos hemos tenido la oportunidad de dar un paso adelante en el ejercicio de la democracia, es lo que se llama democracia participativa, porque se ha brindado a los ciudadanos la oportunidad de evaluar una gestión presidencial y decidir si continúa o no en el poder la persona electa hace casi cuatro años.
Este ejercicio novedoso quedó establecido en la Constitución Política del país en diciembre de 2019, a iniciativa del Presidente de la República. Para esto, se reformó el Artículo 35 de la Constitución que establece en su apartado IX, participar en los procesos de revocación de mandato, como derecho de la ciudadanía.
En este artículo se establecen los mecanismos para realizar este ejercicio de democracia participativa, en tanto que en el artículo 84, la Constitución establece lo que debe hacerse en caso de que la ciudadanía decida revocar el mandato del Presidente de la República.
Por su parte, la Ley Reglamentaria de este artículo constitucional, marca las condiciones para que la consulta de revocación de mandato sea efectiva.
En primer lugar, se requiere que acuda a las urnas al menos el 40 por ciento de los ciudadanos inscritos en el Padrón electoral que a la fecha se compone de 93 millones 823 mil 216 mexicanos con capacidad de emitir su voto.
Esto significa que para que la consulta sea efectiva, debieron acudir a las urnas al menos 37 millones 129 mil 296 votantes para decidir la permanencia o no de Andrés Manuel López Obrador en el cargo de Presidente de la República.
Además, para que la decisión ciudadana se ejecute, esto es, para que se decida la revocación de mandato, se requiere una mayoría absoluta, esto es, el 50 por ciento más uno de los votos emitidos, lo que significa que para revocar el mandato del Presidente de la República son necesarios un mínimo de 18 millones 564 mil 649 votos pidiendo la revocación de mandato.
¿Participar o no participar?
A lo largo de la jornada de consulta de revocación de mandato, diversos actores políticos, lo mismo que otros ciudadanos, expresaron su opinión en torno a este proceso.
Varios presentaron en las redes sociales el pulgar entintado, con lo que demostraron que habían participado en la consulta. Sin embargo, otros más continuaron calificando a este ejercicio democrático como una “votación de Estado”, como un dispendio de recursos y hasta como una forma de alimentar el ego del Presidente.
Una revista de circulación nacional y en otro tiempo una de las mejores de la prensa mexicana, llevó en la portada del domingo 10 este título: “Obsesión por hacer historia. La revocación, una artimaña”. Un claro intento de desalentar a los votantes.
En fin, este primer ejercicio de la democracia participativa no ha dejado contentos a todos; sin embargo, considero que, como derecho ciudadano, valió la pena participar; no porque el sometido a la revocación haya sido un Presidente que cuenta con un alto nivel de aceptación de la población, sino porque este ejercicio se ha establecido en la Constitución Política del país como un derecho ciudadano que podría ser realizado en los próximos sexenios para evaluar al mandatario en turno.
Quizá por esto, los actuales partidos de oposición han calificado de inútil esta consulta; porque una vez convertida en un derecho constitucional está la posibilidad de que otro Presidente pueda ser sometido a este tipo de evaluación de la ciudadanía.
A mí me queda una duda: si a este Proceso de Revocación de Mandato hubiesen sido sometidos Fox, Calderón y Peña Nieto ¿cuál hubiese sido el resultado?