Gabriel Sánchez Andraca
El diputado federal poblano Ignacio Mier Velasco, líder de la bancada de Morena en el Congreso federal, salió al paso de los conservadores que anuncian la salida de inversiones extranjeras de nuestro país, si se aprueba la iniciativa de reforma energética enviada a los diputados federales por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, señalando que los conservadores no toman en cuenta que en México hay gobernabilidad, somos un país confiable, hay estabilidad fiscal financiera, además de que contamos con mano de obra calificada que es atractiva para las empresas y los inversionistas.
No existe pues ninguna razón para que ocurra lo que algunos grupos aseguran, en el sentido de que habrá salida de inversionistas extranjeros, si la iniciativa presidencial es aprobada.
También se refirió a la afirmación de los opositores de la 4-T, en el sentido de que en México no se generan energías limpias, pues solo el 8 por ciento de la energía en nuestro país, es generada por carbón, un porcentaje bajo si se tiene en cuenta que en Estados Unidos ese porcentaje es del 40 por ciento.
La emisión de contaminantes en nuestro país es del 1.3 por ciento, mientras en Brasil es del 29 por ciento y en Estados Unidos y China tienen los porcentajes más elevados del mundo.
Los opositores pues, no tienen razón en ninguno de los argumentos que exponen para oponerse a la reforma.
HAY UNA DIFERENCIA ENORME ENTRE LA postura del diputado morenista poblano, que expone argumentos sólidos y comprobables, y los ataques sin sentido de algunos dirigentes de partidos de oposición, como el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, que menciona en sus promocionales, que “Morena” quiere apropiarse de la energía eléctrica, dando por sentado que la CFE, sería una empresa de ese partido y no del pueblo de México. Parece que no han entendido que la intención de los tecnócratas y sus aliados, es la de adueñarse ellos de la industria energética para dominar al país a través de sus fuentes de energía y poder hacer lo que hacen en España y otros países europeos, así como en Estados Unidos, de elevar a su antojo el precio del servicio eléctrico sin posibilidades de que sus gobiernos puedan evitarlo, pues legalmente las compañías privadas están muy bien amarradas. Ya lo estaban haciendo en México, pero este gobierno entró a tiempo para poder evitarlo.
Y A PROPÓSITO DE ESTE ASUNTO, EL COBRO A LOS CIUDADANOS poblanos del servicio de alumbrado público, propuesto y aprobado por el Congreso local, está a punto de caerse por decisión del Tribunal Superior de Justicia.
Para los gobiernos de Acción Nacional, todo debe ser privatizado. Un gobierno panista privatizó el servicio de agua potable en la capital del estado y en otros importantes municipios de la entidad, pese al enorme descontento que esa medida provocó entre la ciudadanía y ahora, se pretende que los ciudadanos paguen el servicio de alumbrado público.
¿Qué van a hacer los ayuntamientos a quienes se pagan impuestos para que los habitantes de las demarcaciones municipales cuenten con los servicios básicos, entre los que se cuentan el alumbrado público, el mantenimiento de parques y jardines, el pavimento de sus calles, etc.?
Acaba de terminar un ayuntamiento, morenista por cierto, que dejó que se destruyera el pavimento de esta capital. Ya no más falta que las nuevas autoridades tengan que pagar por las reparaciones hechas y que también tenga que pagarse el servicio de vigilancia policiaca en las colonias y ciudad en general.
¿Y los gravísimos errores en la construcción de ciclopistas y luego su destrucción por protestas ciudadanas, también deberán cobrarse a los ciudadanos? Entonces, ¿para qué son los impuestos?
DON SANTIAGO CREEL, DIPUTADO FEDERAL panista, aseveró que le pesa mucho a los de Morena, la carga ideológica para entender, que si no ceden en el caso de la reforma energética, no podrá aprobarse.
Esa misma “carga ideológica” es la que pesa sobre los diputados y senadores panistas, que no entienden razones por muy lógicas y claras que sean, pues para ellos en todos los casos debe haber iniciativa privada, aunque no en todos los casos resulte benéfica su intervención para el ciudadano común.
¿En que se beneficia el pueblo teniendo cárceles particulares a las que el Estado paga por cada interno diariamente, como si estuviera en un hotel de lujo de Acapulco? Y así muchas cosas más.