El martes en la tarde, en un hotel de San Pedro Cholula, los priistas poblanos iniciaron su Asamblea Estatal, para preparar sus propuestas para la Asamblea Nacional, la número 22, que se llevará a cabo en agosto próximo en la ciudad de México.
Mil quinientos priistas representantes de todos los distritos y regiones del estado, estuvieron en esta reunión que continuará hoy y en la que se tratarán temas como: visión de futuro; rendición de cuentas y ética partidista; declaración de principios; programas de acción, y estatutos.
Si los priistas no reafirman en su declaración de principios y en su programa de acción, la lucha por un sistema económico incluyente, que tienda a mejorar la vida de todos los mexicanos, y lo cambia para estar a tono con el sistema que fue impuesto por el gobierno priista de Carlos Salinas de Gortari, significará que los problemas que confronta ese partido para seguir manteniendo el poder con la anuencia de las mayorías, continuarán y más temprano que tarde, perderá el poder.
La debacle priista empezó con la llegada del neoliberalismo al poder, corriente económica y política que fue impuesta por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y seguida con demasiada fidelidad, por los tecnócratas mexicanos encabezados por Salinas de Gortari y su grupo de doctores graduados en prestigiadas universidades gringas.
Hubo un rompimiento en la cúpula del PRI y salieron del partido Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Rodolfo Guevara y otros destacados políticos del tricolor, que pasaron a formar primero la llamada “Corriente Crítica” y después de una alianza partidista que apoyó a Cárdenas para la Presidencia, se creó el Partido de la Revolución Democrática.
En tiempos de Ernesto Zedillo, se llevó a cabo una asamblea nacional, en la que se pusieron candados para que el candidato priista a la Presidencia de la República, fuera un político con experiencia y no alguien que solo tuviera como antecedente para abanderar al PRI para el cargo político más importante, brillantes logros académicos en universidades extranjeras.
Cuando Miguel de la Madrid ya era presidente electo, se cuestionó al todavía presidente José López Portillo sobre la experiencia política del elegido y López Portillo respondió: “Miguel es un gran técnico y estoy seguro, que llegará a ser un gran político”.
Si los candados se quitan ahora, habrá muchos técnicos que aspiren a la presidencia y ya como máxima autoridad de este país, seguramente llegarán a ser grandes políticos. Los priistas tienen algo para reflexionar.
Hay quienes opinan, y con razón, que la carrera de político no se hace en las aulas, sino en la militancia partidista. De ahí que se aprecie más a un gobernante con “oficio político”, que a un brillante doctor de Harvard o de cualquier otra universidad extranjera.
Ahora bien, si alguien tiene antecedentes brillantes de estudio en instituciones de prestigio de donde sea, y además carrera política, que le da el conocimiento de la realidad nacional y sensibilidad social, adelante.
Los dos presidentes panistas que ha tenido México, Vicente Fox y Felipe Calderón, no tuvieron doctorados cosechados en el extranjero, pero tampoco tuvieron sensibilidad social para gobernar a este país, pues su procedencia partidista, no les permitió conocer la realidad mexicana. El PAN ha sido un partido no tanto que sea de derecha, sino con un concepto de nuestra historia equivocado y con una visión distorsionada de la realidad nacional.
De entrada, no aceptaron la propuesta de Carlos Lastiri de que haya consulta a la base: eso provocaría, como ha dicho Enrique Doger, división en el PRI, que sería muy difícil y llevaría mucho tiempo remontar.
Doger ha dicho, que ese sistema de consulta a la base, se aplicó cuando el candidato fue Melquiades Morales Flores y pese a que ganó en forma mayoritaria indiscutible, la división que provocó ese sistema entre la militancia, todavía se resiente.
El PRI y todos los partidos políticos, parecen estar temerosos de que el partido Morena, de López Obrador, alcance el triunfo en la próxima elección, pero varios priistas con quienes platicamos, nos dijeron que pese a todo el PRI tiene una enorme ventaja: su estructura y su organización interna.
Reconocieron que ya no es igual a la estructura y organización que tuvieron hace dos décadas por ejemplo, pero se mantiene, y el problema de los partidos opositores, es que ninguno ha puesto atención en eso.
“Morena tal vez tenga en este momento más simpatizantes que todos los demás, pero han llegado muchos considerados como prófugos de otras organizaciones políticas, sin convicción partidista y sin saber qué es lo que Morena pretende realmente. Ellos van a ver qué sacan de provecho y la misma desorganización y falta de estructura del nuevo partido, les permite colarse y si llegan al poder, pueden ser igual o peor que los actuales gobernantes, como lo han sido los panistas en muchas partes donde han triunfado, pese a las balandronadas televisivas de Ricardo Anaya”.
“Es necesario que nuestros delegados tanto en la Asamblea Nacional, como en la local, que se lleva a cabo actualmente, tengan en cuenta que el PRI requiere un cambio positivo, que reafirme los principios de política social que le dieron fuerza en los primeros gobiernos revolucionarios y que proponga los cambios necesarios en la política económica, que contribuyan a reducir la pobreza, a la creación de empleos, al impulso a la educación, a la salud y a la vivienda, con lo que se podrá reducir y con el tiempo abatir a la violencia que es en estos momentos, la mayor preocupación de la ciudadanía”. Hasta ahí lo que dijeron priistas de base que todavía creen en su partido.