Opinión de Alejandro García Azcue
El robo de hidrocarburos, sigue siendo uno de los problemas que continúa menguando la gobernabilidad en varios estados, como Sinaloa, Querétaro, Estado de México, Puebla y Tlaxcala. Puebla es uno de los estados donde más tomas clandestinas de robo de hidrocarburos, se han encontrado en los últimos 10 años.
En la madrugada del domingo 31 de octubre del año en curso, en los límites de Puebla y Tlaxcala, en la comunidad poblana de Xochimehuacán, una explosión de gran magnitud destruyó más de 45 viviendas, cobró la vida de una persona y más de 17 heridos. Sin contar gran cantidad de animales heridos y muertos, como animales de granja, borregos y perros.
Gracias a que hubo una alerta temprana se pudo evacuar a los vecinos y evitar una tragedia mayor, pero desgraciadamente no se pudo sacar a los animales y por eso sucedió lo que se sucedió. El motivo de esta explosión fue una gran fuga de gas (LP) licuado de petróleo, de una toma clandestina, que se salió de control y conllevó a la conflagración.
Cuando Moreno Valle fue gobernador de Puebla, el robo de combustible a ductos federales, creció exponencialmente. Reportes periodísticos de esos tiempos, calculaban más de 600 tomas clandestinas que se perforaban por año. Para hacer una toma, no solo es rascar y conectarse.
Para hacer una toma, se necesita tecnología, pero también se necesita estar coludido con otras personas, como algunos policías o políticos. Y para comercializarse los productos robados, también se debe de estar coludido con particulares, con empresas o con gasolineras.
Reportes del gobierno en turno, mencionan el crecimiento del huachicol en el estado de Puebla, en donde han brotado imperios, como el de la comunidad de Palmarito Tochapan, que tendió redes que, hasta la fecha, presuntamente siguen controlando el robo de hidrocarburo en el llamado Triángulo Rojo, así como en regiones de Oaxaca y Veracruz.
Otro de esos imperios está en el municipio de San Martín Texmelucan. No solo es Puebla, como se menciona, también existen esos imperios en otros estados.
El Gobierno de Miguel Barbosa Huerta, ha hecho el intento de eliminar toda esa red de traficantes, pero es tanto el poder económico y político que esos grupos ejercen en sus comunidades, que no se han podido erradicar esos ilícitos.
Cuando las autoridades competentes cierran y clausuran una toma, se dan cuenta que han abierto otras. Por poner un ejemplo: a dos días de la explosión en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacán, vecinos encontraron una segunda toma clandestina a ductos de Gas LP, ubicada a tan solo 200 metros de distancia donde ocurrió la madrugada del domingo la desgracia.
La toma fue encontrada de manera fortuita por los lugareños en un predio de la calle que curiosamente se llama Privada Gasoducto y esquina con Santa Bárbara, donde se encuentran instaladas un promedio de 30 casas en riesgo latente. Los lugareños informaron que llevan prácticamente toda la vida viviendo ahí y temen por su vida, ante el riesgo de una segunda explosión. La pregunta obligada es: ¿cómo es posible que todo mundo sabe de la extracción de combustible robado, menos las autoridades?
Según reportes del gobierno, nos dicen que el robo de gasolina y diésel ha disminuido, pero ha aumentado el robo y tráfico de gas LP, Huachigas. Actualmente, el estado de Puebla ocupa el primer sitio en el país con el mayor número de tomas por robo de gas licuado de petróleo, con 846 casos.
El quebranto causado por la extracción ilegal de combustibles, no solo le concierne al estado. El daño que se genera es económicamente inmenso, pera también es lo social, porque permite que un gran número de jóvenes se inmiscuyan dentro de estas mafias. Y esto lo tenemos que pagar todos. En lo económico, es dinero perdido que bien puede ocuparse para dar servicios, y en lo social, que lacera familias, y desintegra el tejido social.
Solo un dato: En nuestro querido Izúcar, se menciona que varios entes de la política local han desarrollado su riqueza debido al tráfico ilegal de hidrocarburos, principalmente diésel. ¿Cómo lo ve? Mientras haya un mercado de compradores va haber un mercado de proveedores. Lo que los sociólogos y economistas llaman, oferta y demanda.