El cadáver de un hombre identificado como David Cabrera Hernández, fue localizado amarrado y encobijado en un paraje de la carretera Izúcar–Tehuitzingo, luego de 21 días de estar reportado como desaparecido; los restos se encontraban en avanzado estado de descomposición.
El hallazgo se registró alrededor de las 14:00 horas del pasado miércoles, cuando un grupo de hombres se encontraban realizando mantenimiento en la carretera; de pronto, cuando llegaron al paraje conocido como “El Puerto del Gato”, se percataron de un olor fétido que provenía de una zona con mucha hierba.
Al acercarse observaron un bulto envuelto en una cobija y atado con una cuerda, y en el cual se lograba ver una mano, por lo que de inmediato dieron aviso a las autoridades municipales para que arribaran al lugar e investigaran los hechos.
Ante esto, a la zona llegaron elementos de la Policía Municipal como primeros respondientes, quienes acordonaron el lugar e iniciaron las investigaciones, confirmando la presencia de un masculino envuelto en una cobija, el cual aparentemente ya se encontraba en avanzado estado de putrefacción.
Activos de la Guardia Nacional también acudieron al lugar para colaborar en las investigaciones, al mismo tiempo que esperaban a peritos y personal del servicio Médico Forense (Semefo), para que realizaran las diligencias del levantamiento del cuerpo y lo trasladaran al anfiteatro de Izúcar.
Mientras se realizaban las indagatorias, unas personas llegaron al lugar, pues argumentaban que alguien les había avisado del hallazgo y acudieron a verificar si se trataba de su familiar, por lo que confirmaron la identidad del occiso.
Se trataba de David Cabrera Hernández de 27 años de edad, sobrino del párroco de Tehuitzingo, quien había sido visto por última vez el pasado 14 de julio; desde ese momento su familia lo había buscado incansablemente, y lamentablemente fue encontrado, pero ya sin vida.
Aparentemente el finado llevaba varios días en el sitio, pues su cara y parte del cuerpo ya se encontraban en los huesos y había sido consumido por la fauna del lugar, al grado de que su esposa tuvo que identificarlo por la ropa que vestía, la cual eran del día que desapareció y un tatuaje que tenía en la espalda con su nombre.
Por el estado del cuerpo no fue posible determinar una causa de muerte, por lo que será el medico legista quien, a través de la necropsia de ley, determine la causa del deceso, para que quede asentado en la Carpeta de investigación, donde de igual manera se indagará sobre el probable móvil de los hechos y la identidad de él o los responsables.