**Fundó “Pies Secos” hace 17 años para apoyar a los connacionales**
Elizabeth Soriano / Izúcar de Matamoros, Pue.
A diario se ven historias de valentía de miles de migrantes que dejan su tierra de origen para superarse a miles de kilómetros de su hogar, con la fuerza para soportar el deseo permanente de regresar, llegando a un país lleno de retos, pero, sobre todo, con la idea de salir adelante.
Tal es el caso de Ricardo Andrade Cerezo, quien cruzó la frontera y llegó hasta la ciudad de Nueva york sin un peso en el bolsillo y sin estatus legal, para convertirse en uno de los más grandes y exitosos empresarios poblanos; además, es un destacado líder migrante que creó la fundación “Pies Secos”, para apoya a miles de migrantes mexicanos en el país vecino.
El inicio de la travesía
Ricardo Andrade Cerezo cruzó como indocumentado a los Estados unidos en 1998 con la visión de buscar una vida mejor. Es oriundo de la capital poblana, pero gran parte de su vida la vivió en el municipio de Tepeaca, con su mamá y abuelos maternos; esto luego de que ella quedara viuda y tuviera que trabajar para sacar adelante a él y a sus dos hermanos.
Andrade Cerezo se considera una persona inquieta, que le gusta romper los paradigmas establecidos, siempre dando el extra; por ello, cuando terminó la carrera de Derecho y con la visión de que no crecería en su lugar de origen, se aventuró en busca del sueño americano, invitando a unos amigos de la infancia de Santo Domingo Atoyatempan para emprender la travesía hacia Estados unidos.
Ricardo mencionó que desde el primer momento en que tomó la decisión de irse, el miedo fue de las principales emociones que lo acompañaron, pero que siempre tuvo presente la fuerza y la perseverancia para llegar a donde quería.
“Estuve 5 días en el desierto, solo con una mochila y un galón de agua, descansando de día y caminando de noche; recuerdo que el agua se me terminó, llegó el momento en que tuve que tomarla de un jagüey que estaba en un rancho, inclusive en una de las veces en que tenía que correr, me lastime el tobillo, pero solo me detuve para que me lo compusieran en caliente y seguí corriendo”, narró.
Refirió que cuando llegó al país vecino decidió marcarle a su mamá para comunicarle que ya estaba en Estados Unidos, porque cuando emprendió el viaje decidió no decirle hasta que cumpliera la meta de llegar.
“Ella se sorprendió y, aunque al principio no me creía, me dijo que me cuidara mucho, que le echara ganas y que alcanzara mis sueños”, expresó.
El principal reto: el propio paisano
El empresario expuso que al llegar al país vecino te enfrentas a muchos retos y obstáculos, pero que tristemente el primero al que te enfrentas es al propio paisano, pues muchas veces la envidia existe desde que empiezas a crecer en los trabajos o a emprender algo.
“Existe la envidia desde que tú inicias y empiezas a crecer, cuando tienes cerca a otra tienda a otros restaurantes, comienzan los roces con el propio paisano, pero haciendo bien las cosas eso queda en segundo plano”, señaló.
Otro de los retos a los que se ha enfrentado, al igual que miles de migrantes, es la discriminación por parte de las propias autoridades de Estado Unidos, pues en diversas ocasiones lo han detenido en la carretera o hasta en el aeropuerto, por su forma de vestir y usar sombrero, pensando que es indocumentado y muchas veces agrediéndolo verbalmente.
“Siendo un ciudadano vives discriminación, imagínate la comunidad de inmigrantes a que se enfrentan todos los días con los policías racistas, y más cuando no conocen sus derechos” puntualizó.
“Cemitas Puebla”, herencia de su abuelo
Actualmente Ricardo Andrade es dueño de “Cemitas Puebla Corporation”, una empresa que se dedica a la venta de este delicioso platillo poblano en 81 establecimientos, con miras a expandirse hacia Japón y Canadá; pero que no siempre fue exitoso, pues se inició a base de mucho esfuerzo y perseverancia.
Llegó a Estados Unidos cuando tenía 23 años, en 1998, y como la mayoría de los migrantes empezó a trabajar en los restaurantes como lava platos, en la plancha, de mesero y varias labores.
Al año, él regresó a México e ingresó a la Marina, por lo que al estar ahí volvió al país vecino con visa de turista y empezó a trabajar en Pensilvania, en una fábrica que se dedicaba a procesar el plástico para hacer botellas de jabón; ahí sufrió un accidente en su mano izquierda y por ello tuvieron que realizarle dos cirugías.
A raíz de eso, buscó asesoría jurídica para demandar al Seguro y que le dieran una indemnización, por lo que le dieron 220 mil dólares, los cuales utilizó para iniciar una empresa de paquetería. Con este nuevo giro, un día se le ocurrió llevar 300 cemitas vacías a Estados Unidos, las cuales empezó a preparar y las vendió en media hora, observando que ahí había un buen negocio; lo de las cemitas lo aprendió con su abuelo, quien le había enseñado a elaborarlas de manera tradicional.
Fue ahí cuando inició el sueño. Actualmente, “Cemitas Puebla Corporation” da empleo a 2 mil 600 personas, migrantes y estadounidenses; vende un aproximado de 50 mil cemitas diarias, y para el año que viene planea expandirse a Canadá, agregando que también tiene la inquietud de poner un establecimiento en Japón.
Fundación “Pies Secos”: 17 años de ser la mano amiga de migrantes
Ricardo Andrade Cerezo se caracteriza por ser una persona a quien le ha preocupado la problemática que vive la comunidad migrante, sobre todo la niñez; eso y los retos que ha enfrentado a lo largo de su vida lo han llevado a actuar a favor de esta comunidad, creando, junto con un amigo cubano, la fundación “Pies Secos”.
Los primeros pasos para apoyar a este sector de la población iniciaron desde que empezó la travesía en el desierto, salvando a dos hermanos que estaban a punto de quitarse la vida.
“Al tercer día en el desierto, nos encontramos a dos hermanos que estaban intentando suicidarse, perdidos, comiendo arena; le dije al pollero que dejaría mi galón de agua, y aunque él me decía que no, yo no podía ver que dos seres humanos estuvieran muriendo.
Les di el agua y nos pusimos a juntar hierbas y ramas, les dejamos unos cerillos y les dijimos que a los diez minutos las encendieran, y sí, vimos a lo lejos que llegó la patrulla fronteriza; hace poco volví a ver a uno de ellos, me agradeció y me dijo: gracia a ti yo estoy vivo, y por eso estás en ese lugar en el que estás”, rememoró.
El empresario y líder migrante mencionó que la inquietud de esta fundación también surgió tras el accidente que sufrió en la fábrica de plásticos, pues al ver cerradas muchas puertas en el gobierno mexicano, buscó apoyo en amigos cubanos, quienes le dieron hospedaje y lo ayudaron a pedir asesoría.
Ahí se dio cuenta que no quería que más personas pasaran por lo que él había pasado, por lo que ahí surgió la idea de crear “Pies Secos”, una organización con el objetivo de brindar la protección a niños y niñas nacidos en el país vecino, además del acompañamiento de las familias de connacionales.
Actualmente, a 17 años de iniciar su fundación, han ayudado en la contingencia sanitaria, apoyando a los paisanos en la búsqueda de sus familiares y en la repatriación de restos; tienen oficinas en siete estados de la República mexicana con un equipo de 60 personas.
La familia, ejemplo de constancia y disciplina
Para Ricardo Andrade su familia formó parte importante de la persona que es hoy en día, pues los valores que le ha inculcado su madre y sus abuelos fueron de superación, de siempre ser constante, tenaz y alcanzar un objetivo cueste lo que cueste; porque con tiempo y esfuerzo, todo se puede lograr; siendo constantes y disciplinados se llega a la meta.
“Así como hay triunfos, en su momento hubo muchas caídas, y se aprende más de las caídas, te levantas y de ahí tienes más visión y más experiencia, no olvidando que los valores en la familia son muy esenciales; eso me ha permitido crear un panorama muy amplio, siempre me levanto pidiendo a Dios que me dé sabiduría y humildad para afrontar un reto nuevo de todos los días”, destacó.
Próximas metas: proteger a los migrantes desde el Congreso
Andrade Cerezo manifestó en exclusiva para Enlace Noticias que tiene la intención de llegar al Congreso como diputado migrante, para crear una agenda binacional que incluya el tema del trabajo y las visas, apoyo al retorno de los migrantes y crear iniciativas a favor de esta comunidad y sus familias.
“Yo lo que vengo a dejar es un legado que sirva para bien, por eso tengo la intención de ingresar a la política como un diputado migrante, aportar algo de lo que yo he aprendido para poner un granito de arena a favor de la comunidad”, finalizó.