Alejandro García Azcué
En la medida que se acercan las elecciones, los ataques y ofensas en contra de AMLO y la 4T, son cada vez más agresivas. Seudoperiodistas como Loret de Mola y Brozo, representantes de los prianistas-perredistas, detonan embestidas con una retahíla de improperios en contra de Obrador, que rayan en lo grotesco.
No solo faltan el respeto a una persona, sino a la investidura presidencial. Sin embargo, AMLO ha sabido usar más la inteligencia que la confrontación. Hace unos días, por ejemplo, anunció la compra de una refinería en los Estados Unidos.
Dio a conocer que Pemex acordó comprar a Royal Dutch Shell el 50% de acciones, que tiene en la refinería Deer Park Refining Limited Partnership, en Houston, en una operación de unos 600 millones de dólares, a la angloholandesa Shell Oíl Company.
El otro 50 % era propiedad de Pemex desde 1993. Desde esa fecha a la actualidad, la paraestatal mexicana no obtuvo ganancias efectivas, porque todo el dinero obtenido, se ocupaba para mantenimiento, y tramposamente, parte de las ganancias de Pemex se reinvertían. Deer Park tiene una extensión de alrededor de mil 500 hectáreas, y con capacidad de procesamiento de petróleo crudo de 340 mil barriles por día.
Produciendo alrededor de 110 mil barriles por día de gasolina, 90 mil de diésel y 25 mil barriles de turbosina, además de otros productos en cantidades menores. México, a pesar de ser un productor en potencia de petróleo crudo, es netamente importador de sus derivados, siendo dependiente del precio y del surtido de combustibles por EU.
Se espera que con la compra de esta empresa nos haga menos dependientes de las gasolinas importadas. El haber adquirido esta refinería se me hace una buena decisión de AMLO, que su precio real estimado total actual, es de 16 mil millones de dólares.
En su gobierno, Felipe Calderón prometió la construcción de una refinería en Tula, Hidalgo, de la cual solo se construyó una barda perimetral en la que se erogaron mil 724 millones de pesos. Ahora, la oposición ha mandado a sus “líderes de opinión” a desaprobar esta adquisición, alegando que en lugar de andar comprando refinerías, se debería de invertir en energías verdes.
Solo hay que recordarles a estos pseudoanalistas, que México tiene en la actualidad cerca de 50 millones de vehículos con motores que trabajan con diésel y gasolina, y solo un 5% son eléctricos o híbridos. Se estima que para 2034, en México habrá 3.5 millones de autos eléctricos, pero el resto seguirá siendo de diésel o gasolina, y no se diga del combustible de aviones que va a ser muy difícil de sustituirlo por otro.
Por eso en China, EU y en otras partes del mundo se están construyendo 24 refinerías, porque se prevé que se seguirán requiriendo combustibles fósiles por lo menos hasta el 2050. Por otra parte, existe en México un sector productivo automotriz, que da empleo, directo e indirecto, a más de un millón de personas.
Tomará tiempo y una inversión cuantiosa el proceso de reconversión y transformación de la industria automotriz y del servicio de transporte. Por ahora, AMLO ha dado una gran estocada a la oposición, que lejos de plantear propuestas viables y acordes al desarrollo del país, solo se consagran a estar en contra de todo y a favor de nada.
Por eso, los prianistas-perredistas están muy molestos, porque esta decisión del presidente, interfiere en sus planes de querer derrocarlo.
Esto solo pone en evidencia la magnitud del robo a la nación y de la corrupción que imperaba, cuando ellos gobernaron. Y ahora pretenden que les creamos de nuevo. Que ahora sí van a ser diferentes, apostando a la poca memoria que creen que tenemos los mexicanos.
Creen que ya olvidamos el saqueo por más de 80 años. Creen que ya olvidamos el FOBAPROA. Creen que ya olvidamos la corrupción de sus dirigentes.
Solo alguien que está en su equipo los apoyaría, pero los mexicanos que han sentido en carne propia estos desagravios no lo harán. Felicidades a AMLO porque sin endeudarse, se están construyendo, además, el tren Maya y un aeropuerto.
Repito lo que escuché hoy: no nos faltaban recursos, nos sobraban corruptos.