Nicolas Dávila Peralta
La evolución de un logotipo: del apoyo al dictador Pinochet y el de la derecha mexicana al de la coalición PAN-PRI-PRD
Estamos a 13 días del día en que los ciudadanos elegiremos a funcionarios públicos, en las elecciones más importantes en la historia de México; 500 diputados federales, 15 gubernaturas, congresos locales y alcaldías en 30 estados, y en otras cuatro entidades, otras autoridades, como juntas municipales, sindicaturas, regidurías y presidencias de comunidad.
Tanto para el partido en el poder, como para la oposición y, desde luego para nosotros los electores, estas elecciones son claves para el futuro de México; de quienes ganen la mayoría de las curules de la Cámara de Diputados, las gubernaturas, los congresos locales y las presidencias municipales y alcaldías, dependerá el rumbo que tome el país.
La República se ha dividido en cuestión electoral en tres grandes grupos: los que buscan que continúe la reestructuración de la administración pública iniciada en 2018, los que buscan revertirla haciendo que retornen al poder las fuerzas políticas y económicas desplazadas, y los indiferentes que consideran que “todo es lo mismo”.
La clave en esta contienda es, desde luego, la elección de diputados federales.
Hoy la llamada Cuarta Transformación ha logrado avanzar gracias a contar con mayoría en la cámara baja y su intención es mover a la ciudadanía a volver a votar por la alianza Juntos Haremos Historia (Morena-PT) para continuar el rumbo iniciado y continuado por el presidente López Obrador.
Sin embargo, la oposición política ha sido cooptada por los líderes y organizaciones de derecha que buscan por todos los medios sacar de la Presidencia a López Obrador o frenar su proyecto al obtener ellos la mayoría en la Cámara de Diputados.
Después de las elecciones de 2018, los tres partidos considerados hasta entonces “partidos grandes” se vieron superados por la avalancha morenista y hasta ahora, solos, no han podido recuperarse de la derrota; perdieron el rumbo y la unidad, y hasta la permanencia de sus militantes.
Fue entonces que se consolidó el liderazgo de personajes de la extrema derecha, como Claudio X. González, Gustavo de Hoyos, los radicales anticomunistas Gilberto Alarcón y Juan Bosco Abascal Carranza y los oportunistas como Pedro Ferris de Con y Carlos Loret de Mola.
Alarcón y Abascal encabezaron las marchas en automóvil que se realizaron en varias ciudades del país acusando a López Obrador de llevar al país al comunismo; convirtieron al Frente Nacional Ciudadano en Frente Nacional Anti AMLO (Frena), con el que en 2020 intentaron presionar la renuncia de AMLO antes del 30 de noviembre. No lo lograron, pero fue muy pintoresco el resultado: las casas de campaña voladoras en el zócalo de la Ciudad de México.
Por su parte, Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, junto con líderes de otras organizaciones de derecha, crearon SÍ POR MÉXICO, con la intención de formar un frente amplio opositor en contra del gobierno federal y su partido.
Con la experiencia fallida de Frena, optaron por la vía electoral e involucraron en este frente amplio a los partidos Acción Nacional (PAN), con quien guardan grandes coincidencias, Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD).
Así una iniciativa de la derecha, se convirtió en la bandera bajo la cual compiten en estas elecciones candidatos del PRI, del PAN y del PRD, así tomaditos de la mano con los que históricamente han sido los enemigos del México republicano, laico y liberal.
Es curioso que el logotipo de SÍ por MÉXICO es muy semejante al utilizado en Chile durante el plebiscito que determinaría si continuaba o no en el poder el dictador Augusto Pinochet, éste decía SÍ PINOCHET. Quizá por eso, los partidos de la coalición lo cambiaron por VA por MÉXICO.
Por su parte, los dirigentes de Frena, aún con desconfianza, se han unido a este propósito de lograr mayoría en el Congreso y han creado lo que denominan el “SELLO FRENA”, que hace un listado de los candidatos de todos los partidos a diputados federales y los califica en tres grupos: SÍ (candidatos que considera serán realmente un contrapeso a Morena en la Cámara de Diputados); NEUTRO, (no son de la confianza del Frente, pero son opositores a la Cuarta Transformación); NO (simpatizantes de AMLO)
En su página de Internet, https://frena.com.mx/sello-frena-brujula-ciudadana/sello-frena-diputados-federales/, aparece el listado de los candidatos según la calificación que les da. En total son 303 candidatos los calificados como SÍ o NEUTRO: 157 de la alianza Va por México (PRI-PAN-PRD); 58 del PAN; 73 de Movimiento Ciudadano; 13 del PRI; uno del PRD y otro candidato independiente.
Si bien de los candidatos de la alianza Va por México calificados con un SÍ, la mayoría son militantes del PAN, hay también algunos del PRI, además de que considera en el SÍ a candidatos de Movimiento Ciudadano; tales son los casos del candidato de Va por México en Acatlán de Osorio, Alberto Jiménez Merino (PRI), y los de Movimiento Ciudadano por Atlixco y Tehuacán.
Así pues, la derecha espera el triunfo de sus candidatos de Va por México, el PAN y Movimiento Ciudadano, para frenar la Cuarta Transformación.
De esto hay que convencer a ese tercer grupo que sigue pensando que todos los políticos son iguales y que México no cambiará. Quedan sólo 13 días.