Autoridades del gobierno nacional de Perú decidieron enterrar de manera clandestina a miles de víctimas del coronavirus en el corazón de la Amazonia y hasta ahora no se ha dado explicación sobre esta decisión.
Cientos de personas mostraron su disgusto tras enterarse que el gobierno nacional ordenó cremar a todos los fallecidos del Covid-19, pues ante el deceso de sus familiares, el gobierno les informó que ya habían sido enterrados en cementerios locales.
Diez días después de que las personas se enteraran de los entierros clandestinos, el gobernador de Loreto, Elisbán Ochoa, firmó un documento comprometiéndose a exhumar los cuerpos y entregarlos a sus familiares, sin embargo, no ha ocurrido nada.
Ochoa no explicó ni dio alguna explicación sobre la razón de los entierros clandestinos y por qué mintió a las personas, quienes ya protestaron ante tal suceso.
El lugar de entierro es más grande que cuatro campos de futbol y cuando se descubrió por primera vez, fueron a aplanar el terreno, sin dejar señales de que hubiera cuerpos debajo.
Durante semanas, los deudos acudieron a colocar cruces donde creían que estaban enterrados sus seres queridos, pero varios están confundidos sobre el lugar preciso donde se encuentran.
Miles de personas demandaron al gobierno local para obligarles a recuperar los restos, pero un juez falló a favor de las autoridades, diciendo que la ley establecía la exhumación en un año después del entierro, pero esta ley fue modificada en 2018.