La mañana del 15 de febrero de 1971, un grupo de habitantes de Izúcar de Matamoros caminaba rumbo al municipio de Atencingo, cuando escucharon un fuerte estruendo y sintieron que la tierra se sacudió.
Al regresar a su comunidad, observaron que sus vecinos corrían en diferentes direcciones, las ventanas de varias casas estaban hechas pedazos, y les sorprendió ver que, en la calle en donde cada lunes se instalaba el tianguis, se derrumbaron las azoteas de los inmuebles cercanos a una ferretería que se incendiaba.
La explosión de tanques de acetileno, carburo y oxígeno para soldar, que se encontraban en la bodega del negocio que se ubicaba en la Avenida Reforma número 5, dejó un saldo de dos personas muertas y 19 sujetos con quemaduras de gravedad; cuatro de los heridos tuvieron que recibir atención médica en un hospital de la ciudad de Puebla.
La explosión
Josefina R. salió de entre las llamas, en sus brazos cargaba a sus dos hijas, una perdió la vida y la otra, al igual que su madre, tenía quemaduras de gravedad en todo su cuerpo.
Al ver que el incendio se salía de control, los vecinos subieron a la azotea de una zapatería, que estaba al lado de la ferretería, para sofocar el fuego, pero una segunda explosión derrumbó el techo del local.
El colapso de la azotea causó la muerte de Mauro V., y dejó a varias personas atrapadas entre los escombros.
Los testigos escucharon cuatro detonaciones y, en la última, volaron dos viguetas de hierro, una de ellas cayó en la banca de un parque que se encontraba a 500 metros de distancia del incendio.
En el momento del siniestro, el dueño de la ferretería y esposo de Josefina R., Emeterio M., vendía algunos de sus productos en la calle.
Emergencia
Con el apoyo de varios voluntarios, bomberos de la ciudad de Puebla sofocaron el fuego; las labores terminaron hasta que comenzó a anochecer.
Por el temor de un derrumbe, elementos del ejército desalojaron a las personas que vivían cerca de donde ocurrió la explosión y cerraron el paso de la Avenida Reforma, mientras un grupo de policías vigilaban la zona.
Debido a que el municipio de Izúcar de Matamoros no contaba con cuerpo de bomberos ni ambulancia, los habitantes tuvieron que esperar la ayuda de paramédicos de Atlixco y la ciudad de Puebla, situación que, el presidente de la Cámara de Comercio de Matamoros, Caritino Sánchez reprochó a las autoridades.
El Procurador de Justicia del Estado, Fernando Montero ordenó que se levantará una relación de los damnificados. Los daños materiales rebasaron los cinco millones de pesos.
Con información de Página Negra