Hipólito Contreras / Puebla, Pue.
Producir alimentos en pequeños espacios, en lotes, en patios, en azoteas, en paredes y en ventanas; es algo que algunos hacen, pero son pocos, la mayoría no lo considera necesario y prefiere comprar en la tienda cuando tienen todo para producir en casa. La agricultura urbana es una alternativa que los gobiernos han tratado de impulsar sin mucho éxito.
Son muchas las ventajas que representa producir alimentos en casa; se pueden producir hortalizas, plantas medicinales y aromáticas, frutales y hasta aves de corral y pequeñas especies. Cada vivienda de las zonas urbanas y suburbanas, tienen posibilidades, condiciones, para producir alimentos, lo único que se necesita es voluntad, y por parte del gobierno, la aplicación y desarrollo de programas, la aprobación de recursos.
De acuerdo con expertos en el tema, la agricultura urbana cumple muchas funciones y genera muchos beneficios; es un factor que contribuye a la unidad familiar, sobre todo con la pandemia, cuando más se requiere estar en casa; se producen alimentos sanos, nutritivos, limpios, libres de agroquímicos, se mejora la alimentación de la familia, se combate la pobreza por el ahorro en la compra de alimentos y se mejora la economía familiar por la venta de excedentes.
Alimentos sanos, limpios, libres de agroquímicos
El investigador Yucundo Posadas Marrero, ex coordinador estatal del programa PESA-FAO, y estatal de agricultura familiar en SAGARPA, afirma que la agricultura urbana significa producir alimentos sanos, nutritivos, baratos, en espacios pequeños, reciclando materiales; no se necesita tanto dinero, lo único que se necesita es la voluntad, que los gobiernos de los tres niveles aporten recursos y materiales, no hay mejor alimento que el que uno cosecha, un jitomate cultivado en casa tiene un valor diferente para la salud y el mercado, son alimentos libres de plaguicidas, se riegan con agua limpia, están libres de agroquímicos tradicionales.
Puntualizó que como funcionario apoyó la creación de unos tres mil huertos familiares en el estado, de los que a la fecha sobrevive el 10 por ciento; en muchos casos los espacios fueron ocupados para construcción; “hay muchos grupos de la sociedad civil que están haciendo huertos por su cuenta, ante la pandemia el huerto es una excelente oportunidad para no salir de casa y producir para comer y vender con los vecinos, además embellecemos los espacios; si nos ponemos a sembrar hortalizas en una pared, se le da otro color, se pone bonita”.
Explicó que hay sistemas para producir en las paredes lechugas, cilantro, etcétera, sin embargo, se requiere capacitación; “siempre he dicho y publicado que si los gobiernos, diputados, tuvieran interés, se podrían hacer programas muy sencillos, no se necesita dar a la gente tinacos, ni sistemas de riego por goteo, lo que se les tiene que dar es algo muy simple: bolsitas de semilla y plántula, acompañado del elemento capacitación-motivación; la importancia de un huerto es que no sólo se convierte en un espacio bonito, ordenado, sino que es un centro en el que participa toda la familia, se vuelve un escaparate que aleja el uso intensos del celular, se alejan las drogas, el alcohol, es una manera de interactuar, relajarse, la gente puede estar entretenida y produciendo alimentos”.
Separar la basura y hacer composta
Otra ventaja de la agricultura urbana es que enseña a las familias a separar la basura y hacer composta con los productos orgánicos; el camión de la basura se lleva menos desperdicios porque muchas cosas se reciclan, el huerto se puede nutrir con los desperdicios de comida que se convierten en abonos orgánicos.
También se pueden producir insecticidas naturales para combatir plagas y enfermedades, uso de detergentes para combatir insectos, el uso de chile o cebolla para hacer insecticidas caseros, lo que representa un ahorro para las familias.
Ahorro de hasta mil 500 pesos mensuales
El investigador comentó que un huerto en casa, de acuerdo con el espacio disponible, puede representar ahorros por hasta mil 500 pesos mensuales, la familia ya no compra jitomate, cilantro, cebolla, zanahoria, tomate de cáscara, chilitos, etc., un espacio pequeño puede alimentar hasta cinco personas por familia al mes, además de que se trata de productos frescos y sanos.
Hay productos en el mercado que pudieron ser regados con aguas negras; en un huerto familiar es todo limpio.
El huerto juega un papel importante en escuelas que disponen de mejores espacios; se puede trabajar en preescolares, primarias, secundarias, preparatorias y universidades, “yo he platicado con senadores y diputados, les he sugerido que implementen iniciativas para que en todos los niveles educativos, desde kinder hasta universidad, se den materias agronómicas y se implementen los huertos, porque es una solución que ha funcionado en otros países; aquí se puede producir, sólo se necesita capacitación, se han hecho huertos en escuelas públicas y privadas”.
Se trabaja en escuelas públicas del sur de la capital en donde hay mucha pobreza, hay huertos en San Miguel Canoa, la Resurrección, y en las 17 juntas auxiliares se han entregado recursos en más de 60 colonias pobres; “somos el segundo municipio del país con carencia alimentaria, hay más de 200 mil poblanos de la capital con pobreza alimentaria, si se implementara un programa de huertos de traspatio que incluya materiales y capacitación, las condiciones cambian para las familias”.
En Puebla la agricultura urbana es reciente
Fue en 2014 cuando en Puebla se inician acciones de gobierno para impulsar la agricultura urbana a través de la SAGARPA; sin embargo, en 2016 el programa ya no operó. En distintas entidades se desarrollan acciones; por ejemplo, en la Ciudad de México se implementó un programa; pero en general, no existe un programa integral de agricultura urbana; se requiere un departamento o dirección de agricultura urbana, indicó el investigador Fabián Baltasar Nieto.
Abundó que en la agricultura urbana entran hortalizas, plantas medicinales, aromáticas, la cuestión pecuaria, producción de leche con ganado vacuno, ovinos, caprinos, aves de corral para la producción de huevo, conejo, cerdos, acuacultura, abejas, “es algo complejo, faltan técnicos”.
Destacó que el sistema chinampero en la Ciudad de México ha dado buenos resultados. En Puebla capital se tienen algunos huertos en algunas colonias como la Popular, Guadalupe Hidalgo, pero se necesita trabajar para incrementar las plantas, por eso se requiere una dirección de agricultura urbana que canalice recursos y capacitación.
La agricultura urbana es una buena opción. La producción es en diferentes formas, ahí están los jardines colgantes de la antigua Babilonia donde se producían alimentos, en Francia se hacen ya jardines productivos, en Nueva York hay experiencias en los barrios pobres, lo mismo sucede en Canadá.
Hay que trabajar para que la gente se involucre, “yo trabajé en una escuela secundaria donde diseñamos una estrategia; iniciamos la capacitación de los docentes y los administrativos, empezamos a trabajar con los estudiantes, las maceteras las convertimos en jardines productivos, hubo producción y venta de los productos”, expuso.
Colegio de Posgraduados trabaja en zonas marginadas
El mayor esfuerzo que se ha hecho en Puebla por impulsar la agricultura urbana fue cuando el delegado de la SAGARPA era Alberto Jiménez Merino, se canalizaron recursos materiales y humanos, se proporcionó capacitación para la producción de alimentos; sin embargo, no hubo seguimiento en los gobiernos posteriores.
El investigador Luciano Aguirre Álvarez, del Colegio de Posgraduados, informó que la institución tiene en marcha acciones para impulsar la agricultura urbana, lo que últimamente ha reducido por falta de recursos; la institución ha estado trabajando en diferentes colonias en donde ha hecho jornadas de capacitación.
En el municipio de Cuautlancingo, el Colegio realiza importantes acciones de plantaciones de traspatio; son muchas familias las que se han involucrado, son más de 300 personas las que ya producen en sus pequeños espacios, azoteas, paredes: “vamos evolucionando, ya hay huertos con hortalizas, producen huevo, conejo. En Almecatla hay una familia que ha realizado un huerto con bastante éxito, ojalá y encontráramos un mecanismo sobre todo de financiamiento para poder extenderlo a otras gentes (sic), quisiéramos encontrar la llave para hacerlo extensivo a más familias para que cuenten con alimentos sanos”.
La alimentación es un derecho humano, el acceso a alimentos de calidad, productos nutritivos que contengan los elementos nutritivos, que sean inocuos, que no tengan desechos químicos, que no vengan contaminados por el uso de agroquímicos, alimentos que se han visto más como negocio que como un derecho.
Cada día más, señaló, se va polarizando la población, cada vez más hay gente con escasos recursos en zonas rurales y urbanas, hay cinturones de miseria en las ciudades. «Una de las vertientes de la agricultura urbana es generar alimentos limpios para esa población», expresó el investigador del Colegio de Posgraduados.