Gabriel Sánchez Andraca / Semana Política
La dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), dijo que la detención del ex gobernador priísta Mario Marín Torres, no afecta la alianza Vamos por México, conformada por los tres partidos que durante décadas fueron los más importantes del país: el PRI, liberal; el PAN, conservador de derecha y el PRD, de izquierda.
Lo que afecta a esa alianza, es que fue acordada por las cúpulas y no por acuerdo de las bases de esos partidos; lo que daña a Vamos por México, es que no hay cohesión posible entre tres partidos con diferentes ideologías formales, con distintas formas de organización y de trabajo, como ya lo estamos viendo, y en que por la forma de actuar de sus dirigencias, ya tienen un problema de rechazo de sus bases que en muchos casos se abstendrán de votar.
El vocero del PRI indicó que ellos saldrán a trabajar, sin meterse en cuestiones de “chismes políticos”.
La secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, comentó en la conferencia “Mañanera” que espera un proceso correcto sin intereses políticos.
Hay confianza en el PRI, se dijo en un comunicado oficial, en las autoridades, en las instituciones y que esperan un proceso en el que la justicia se aplique, sin sesgos de ninguna naturaleza ni motivaciones. En todos los casos los hechos deben ponderarse en su justa dimensión y deben identificarse las responsabilidades y los responsables.
Desde que el problema se inició expusimos en este espacio, que la Oficina de la Presidencia del gobierno de Fox, formuló un plan para promover el debilitamiento del PRI en los estados donde más votación recibía y para eso aprovechando errores de sus gobiernos estatales, se llevarían a cabo campañas mediáticas destinadas a desalentar el voto por los candidatos surgidos del Revolucionario Institucional.
Esos estados eran: el Estado de México, Puebla, Veracruz y Oaxaca. También se haría con los dos estados que más votos aportaban al PRD: Michoacán y Guerrero, ambos con gobiernos perredistas.
El problema de Puebla, donde esa campaña fue más intensa, se debió al mal manejo que se dio al asunto desde el gobierno estatal.
No hay que olvidar que hubo la intención de armar un gran escándalo durante los festejos del 5 de Mayo, a la hora en que se llevara a cabo el desfile cívico-militar.
Para esto, se anunció que el presidente de la República no asistiría y que en su lugar vendría un secretario de Estado, parece que el de Educación, que sería el que tomara la protesta a los conscriptos del Servicio Militar Nacional, pero este tampoco estaría en el desfile, regresando después de la ceremonia en Los Fuertes, a la ciudad de México en helicóptero.
El intento fracasó, porque los “izquierdistas” contratados para ello, no hicieron bien el trabajo. Recibieron medio millón de pesos para pagar al grupo que rompería el orden a la hora del desfile y solo gastaron diez o veinte mil pesos para pagar a 50 desarrapados que se concretaron a lanzar algunos gritos frente a la tribuna oficial y al intervenir la policía que estaba alertada de lo que pudiera ocurrir, se dispersaron.
Todo esto fue real. Nos lo comentaron dos amigos que en todo momento estuvieron enterados del asunto, por nexos en la oficina de la presidencia ya mencionada que estaba a cargo de un panista que, en el sexenio de Calderón, pasó a ser senador por un estado del norte.
Tampoco hay que olvidar que en esa época, el fallecido gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, ya estaba buscando la forma de ser candidato a la gubernatura de la entidad y que contaba con el apoyo de la maestra Elba Esther Gordillo, líder del magisterio nacional.
Moreno Valle Rosas, ya como gobernante, cíclicamente lanzaba campañas contra Mario Marín y los principales funcionarios de su gobierno. Bueno, esto ya es historia. El asunto se revive muy cerca de las elecciones de junio y seguramente tiene finalidades políticas, además de otras.
Nacionalizar el litio, es importante para asegurar la soberanía energética de México, puntualizó el senador poblano Alejandro Armenta Mier, quien ha presentado una iniciativa para ello en el Senado de la República y eso es cierto.
Recordamos que el maestro Carlos Ibarra, catedrático de economía política en la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales, de la UAP, nos decía que para ser soberano y asegurar esa soberanía, un país, el que fuera, debería tener básicamente dos condiciones: ser soberano en alimentos básicos y tener soberanía energética.
Nuestro país lo era hasta la llegada de la tecnocracia salinista. En los gobiernos neoliberales, se retiró la asistencia técnica al campo. Los campesinos que la requirieran, debían contratar a sus agrónomos y veterinarios y pagarlos por ese trabajo.
Lógicamente ningún campesino mexicano, salvo los rancheros herederos de los viejos hacendados, tenían recursos para ello, y la producción de maíz, frijol, arroz y oleaginosas, se desplomaron, lo mismo que la producción lechera, y ahora importamos todos esos alimentos.
En la cuestión energética, al llegar al poder el actual gobierno federal, estábamos importando gasolina, lo seguimos haciendo, pero vamos para remediar esa situación, reconstruyendo nuestras abandonadas refinerías y construyendo una nueva, la de Tres Bocas.