Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
Con aplausos de los partidos que formaban el “Pacto por México” (PRI, PAN, PRD) fue aprobada la Reforma Energética, el 11 de octubre de 2013 por el Senado de la República y el 12 por la Cámara de Diputados; morían así las nacionalizaciones del petróleo, ejecutada por el presidente Lázaro Cárdenas, y de la energía eléctrica, obra de Adolfo López Mateos. Nuevamente, los capitales extranjeros regresaban para explotar el petróleo y producir energía eléctrica. México volvió a comprar gasolina a Estados Unidos y las empresas privadas de energía eléctrica se la venden a la Comisión Federal de Electricidad.
Hoy, a siete años de distancia, se descubren las formas oscuras que se utilizaron para lograr la famosa reforma energética que a los ciudadanos nos ofrecieron como la panacea: la baja de precios de la gasolina, el gas y la energía eléctrica.
La captura del ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya ha destapado la cloaca y poco a poco los ciudadanos vamos enterándonos de los sobornos, los fraudes, las fortunas que engordaron gracias a esa reforma energética.
Lo primero que supimos fue que una empresa brasileña, generadora de conflictos en varios países, había metido las manos en México desde tiempos de la campaña presidencial de 2012. Hoy sabemos que Odebrecht, la empresa brasileña en cuestión, aportó recursos para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Ya se perfilaba la reforma energética y esa empresa se apuntaba para la lluvia del petróleo.
Con el estilo de campaña inaugurado por Vicente Fox: los golpes a los adversarios sobre las propuestas; el dinero recibido para la campaña de Enrique Peña Nieto fue utilizado para las estrategias orientadas a golpear a los otros candidatos: Josefina Vázquez Mota, del PAN, y Andrés Manuel López Obrador, entonces del PRD. Así, “en lo oscurito”, Peña Nieto y su partido violaron la ley electoral.
Tratado como testigo protegido, Emilio Lozoya no tuvo empacho en involucrar en estas fechorías a ex presidentes y ex funcionarios, principalmente del sexenio pasado. Reconoció que él había sido el conducto para la entrega de 121 millones 500 mil pesos que servirían para sobornar a senadores y diputados, a fin de que aprobaran la reforma energética. Muchos recibieron su “mochada” para levantar la mano a favor de la privatización de las fuentes mexicanas de energía.
A propósito de esta versión, apareció en las redes sociales un video en donde se veía al entonces secretario técnico de la Comisión de Administración del Senado, Rafael Jesús Caraveo Opengo, recibiendo fajos de billetes de un presunto funcionario de Pemex. Un diario nacional señala que este sujeto ha confesado que no fue una sino 15 las maletas de dinero que recibió, cuyo objetivo era sobornar a los legisladores para que aprobaran la reforma energética.
El mismo Lozoya señaló como parte de este contubernio entre la empresa Odebrecht y los funcionarios del gobierno de Peña Nieto, incluyéndolo a él como cabeza, al ex secretario de Hacienda Luis Videgaray, el hombre de confianza de Enrique Peña Nieto.
Se le señala como la fuente de donde salieron los millones de pesos para sobornar a los legisladores y de ser el administrador de los recursos provenientes de Odebrecht durante la campaña presidencial de 2012.
Sin embargo, todo hace suponer que estos datos dados a conocer en las últimas semanas, son solo la punta de la madeja que podría llegar hasta una acusación formal por parte de la Fiscalía General de la República en contra del expresidente Enrique Peña Nieto.
Pero lo negro de la reforma energética es solo una cara de la situación que se vivió en sexenios pasados. En Estados Unidos se encuentran encarcelados en prisiones de alta seguridad dos personajes importantes en los sexenios pasadoS: Genaro García Luna, secretario de Seguridad en el gobierno de Felipe Calderón, y Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional de Enrique Peña Nieto.
Así pues, los delitos de narcotráfico y de lavado de dinero, de los que ambos están acusados, podría destapar otra cloaca de los piadosos y neoliberales gobiernos del PAN y del PRI. El tiempo lo dirá. No pierda el hilo, porque el destape de lo negro del petróleo y del narcotráfico en los gobiernos pasados no ha terminado.