**En el IMSS, tienen un tratamiento que dura de 8 a 12 semanas **
Redacción / Izúcar de Matamoros, Pue.
«En el IMSS tienen un tratamiento que consiste en la toma vía oral de antivirales de acción directa por 8 o 12 semanas y debe iniciarse para evitar la evolución de la enfermedad que puede causar incluso cáncer de hígado”, informó Mauricio Castillo Barradas, doctor adscrito al Servicio de Gastroenterología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, en la Ciudad de México.
En el año 2010, se produjeron nuevos antivirales de «acción directa», capaces de eliminar el virus de la Hepatitis en pocos meses, en más del 95 por ciento de los casos. Estos medicamentos hacen que la hepatitis C sea «la única enfermedad viral crónica que se puede curar», según el Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica de Francia.
En los países con acceso a estos tratamientos, este mal está en constante disminución, aunque globalmente su difusión padece de su costo elevado, si bien los precios cayeron en los últimos años gracias a la introducción de versiones genéricas.
Castillo Barradas explicó que el tratamiento es altamente efectivo tanto en etapa de hepatitis crónica como en etapa de cirrosis. Lo importante es detectar al paciente cuando está en una etapa crónica, que aún no tiene cirrosis, porque si les dan el tratamiento pueden evitar la progresión de la enfermedad; y en aquellos pacientes que ya tienen la cirrosis, si les dan el tratamiento, el porcentaje de curación es muy elevado.
Destacó que para el Seguro Social es muy importante que se conozcan los grupos de riesgo de adquirir la hepatitis B o C, como son quienes usan drogas inyectadas o inhaladas, cursan por hemodiálisis, han recibido trasfusión sanguínea, trasplante de órganos, factores de coagulación o hemoderivados; niños nacidos de mujeres infectadas por alguno de estos virus, trabajadores de la salud o de seguridad que usan materiales punzocortantes y, personas infectadas por VIH.
“Es importante hacer la prueba de anticuerpos contra el virus de Hepatitis C y si la prueba sale positiva, entonces nosotros tenemos que dar el siguiente paso, que es detectar la carga viral y evaluar el grado de daño hepático que tiene nuestro paciente para poder planear su tratamiento”, apuntó.
Subrayó que hay pacientes que están infectados y no lo saben porque no presentan síntomas o son inespecíficos, por lo que se puede considerar que esta enfermedad es una epidemia oculta.
“Son pacientes que tienen malestar general, cansancio o leve dolor abdominal que pueden ser atribuido a cualquier causa, menos a una infección por hepatitis, de tal manera que pueden estar completamente asintomáticos y una proporción de ellos pueden estar ya en una fase de cirrosis hepática y tener desafortunadamente ya las complicaciones”, enfatizó.
El gastroenterólogo del IMSS recordó que la hepatitis es la inflamación del hígado, puede ser aguda o crónica dependiendo del tiempo de evolución y ser causada por distintos factores.
Refirió que la más frecuente es la que se origina por virus y se clasifican con las primeras cinco letras del abecedario: A, B, C, D y E. Las A y E generan una enfermedad aguda que se autolimita, es decir, se cura sin medicamento y no deja secuelas; en tanto, las del tipo B, C y D pueden evolucionar al grado crónico y ocasionar cirrosis o cáncer de hígado.
Detalló que en nuestro país hay mayor presencia de las clasificadas en A y E que son las que se trasmiten vía enteral, es decir, las que entran al organismo a través de los alimentos o el agua contaminada.
“La hepatitis A es muy frecuente sobre todo cuando hay desastres naturales, cuando hay poca higiene. A los 20 años de edad, el 80 por ciento de los mexicanos ya estuvimos en contacto con el virus A, pero lo afortunado es que es autolimitada”, expuso.
El especialista del Seguro Social dijo que las del grupo B y C no son tan frecuentes como las anteriores, pero evolucionan a un grado crónico, por lo que es muy importante detectarlas con oportunidad para detener su progresión. Para la Hepatitis B existe vacuna y es parte de la Cartilla Nacional de Vacunación.
Informó que el IMSS atiende cada año en promedio a 4 mil pacientes con Hepatitis C, tanto de primera vez como subsecuentes. El grupo etario más afectado son los que se ubican entre los 40 y 60 años de edad, con un ligero predominio del sexo femenino, atribuido primordialmente a trasfusiones sanguíneas realizadas en procesos ginecobstétricos.
La Hepatitis «C» mata cada año a 400 mil personas, mientras que 71 millones son portadoras crónicas del virus, es decir, uno por ciento de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS); entre estas, solo una de cada cinco (19 por ciento) son conscientes de su enfermedad, debido a unas capacidades limitadas de diagnóstico a nivel mundial.
Por su parte, en entrevista con Enlace Noticias, el médico Nahúm Méndez Sánchez, mencionó: “la hepatitis hay del tipo viral, la más común es la A, tiene una evolución benigna, es decir no deja secuelas, solamente el dos por ciento de las personas que padecen hepatitis A puede tener complicaciones en algún momento, pero las más peligrosas son la hepatitis B y la hepatitis C porque tienden a ser crónicas”.
También expuso que estas dos hepatitis se trasmiten por sangre contaminada o por objetos contaminados con el virus que se utilizan eventualmente para los cuidados de la salud, ya sea en el quirófano o los dentistas que utilizan el material; también los proveedores de cuidado de la salud pueden utilizar objetos que están contaminados; tener relaciones sexuales con múltiples parejas sin protección, es otro mecanismo mediante el cual se puede adquirir el virus.
Otros factores de riesgo son la acupuntura, el hecho de utilizar pirsin o tatuajes, son vías de trasmisión también del virus; otra vía es la perinatal, cuando la mamá no sabe que tiene el virus y que puede trasmitirle al bebe y que el bebé sale positivo en este virus.