Hipólito Contreras / Opinión Libre
Quizás pocas ciudades del país tienen la riqueza monumental y arquitectónica de Puebla capital, recorrer su Centro Histórico es como hacer un viaje al pasado. Hay monumentos del siglo XVI, XVII, XVIII y XIX; los que no sabemos de arquitectura colonial simplemente decimos que esos monumentos son una maravilla.
El problema real y grave es que ese Centro Histórico de Puebla está en peligro, la alerta roja se prende y no hay quien haga nada por defender esa riqueza, legado de los poblanos del pasado.
La destrucción del Centro Histórico empezó probablemente hace 60 o 70 años con la demolición de los primeros edificios históricos, acción ilegal que fue avalada por las autoridades federales, estatales y municipales. Sobre todo, fue la autoridad municipal la que otorgó los permisos para demoler decenas y centenas de edificios coloniales.
Basta recorrer la calle que guste del Centro Histórico para contar cuántos edificios coloniales fueron demolidos con el permiso de las autoridades en turno, no existe una sola calle que mantenga intactos sus edificios coloniales, en todas podemos ver edificios que no corresponden a la época colonial.
La arquitectura colonial es caracterizada por lo grandioso, lo barroco, los gruesos muros, los techos de vigas, los grandes patios de los edificios, las clásicas escaleras, lo amplio y alto de las construcciones, el uso de adobe y ladrillo, patios con losas eternas.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es una institución federal que fue creada para proteger los monumentos históricos del país; sin embargo, en Puebla no se ve que haya cumplido su función porque ante sus ojos se siguen demoliendo edificios coloniales; con su aval, los empresarios han modificado muchos edificios, han dejado sólo las fachadas, sus interiores han sido derribados. Un ejemplo claro es el edificio de la 2 Sur entre 7 y 9 Oriente, donde se construyó un museo. El edificio es exquisito, grandioso, imponente, maravilloso, pero sólo queda la fachada.
Si así seguimos, cada año se seguirán perdiendo edificios y probablemente en 50 años acaben con todos.
Hasta hoy no ha existido ninguna autoridad estatal y municipal que presente un proyecto integral para rescatar y proteger el Centro Histórico de Puebla, lo que han hecho es lo de siempre, levantar lajas, colocar otras, meter adoquín y pavimento hidráulico en sus calles, colocar maceteros que nadie cuida, pintar algunas fachadas, permitir que los ambulantes llenen las calles, y nada más.
Lo que el Centro Histórico necesita es un proyecto integral en el que participen estudiosos de la arquitectura colonial, urbanistas, los colegios de ingenieros y arquitectos, universidades, la iglesia, asociaciones civiles interesadas en defender este patrimonio cultural de la humanidad como fue reconocido por la ONU en 1987.
Un proyecto integral implica todo, mantenimiento a los aproximadamente dos mil 800 edificios que quedan, de los que quizás el 80 por ciento está en mal estado, diseñar un transporte ligero que no dañe la zona monumental, podría ser un transporte eléctrico, reorientar la zona comercial y habitacional, redefinir las áreas verdes y crear más si es posible, modificar los servicios, sobre todo electrificación y telefonía para que sean subterráneos.
De ser posible reconstruir los edificios que han sido demolidos hace muchos años, debe haber libros, documentos que los muestran. Si, la Casa del Torno fue reconstruida, los demás también. Un Centro Histórico rescatado sería una maravilla mundial, hablaría bien de los poblanos y de su gobierno, el turismo vendría en grandes cantidades a ver esta joya colonial.
Se vale soñar, claro que se vale, y si de soñar se trata qué hermoso se vería el rescate de los ríos Atoyac, Alseseca y San Francisco, Puebla sería la Venecia americana. El río San Francisco pasaría en pleno Centro Histórico de Puebla.
Los grandes pueblos y los grandes gobiernos hacen maravillas, ¿no podrán rescatar el Centro Histórico de Puebla? Pienso que si, si los poblanos y sus gobiernos aman su Ciudad lo podrán hacer, si no lo hacen es porque no les interesa, y en medio siglo ya no habrá monumentos históricos ni arquitectura colonial en Puebla.