#LetrasLibres
Por: Emilio Castro
Últimamente hemos sido testigos de un incremento de la violencia en escuelas, en las familias y sobre todo en las mujeres. El día 25 de cada mes se ha declarado el día naranja, en el ánimo de fomentar la no violencia en contra de las mujeres, preservando valores como el respeto y la tolerancia.
Desafortunadamente, la violencia familiar no se detiene. Según datos que el propio municipio ha presentado, basados en el índice delictivo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la violencia familiar es el delito que mayor se repite en Izúcar de Matamoros junto con las amenazas.
La semana pasada, tuvimos la lamentable noticia de que una niña de 11 años murió por el disparo de un arma de fuego en la junta auxiliar de San Martín Alchichica. Se comenta que la familia de la fallecida dejaba a los infantes solos durante el transcurso del día por cuestiones de trabajo, siendo víctimas de diversas situaciones.
Los núcleos familiares en nuestra región, y en general en muchas partes de nuestro país, están rotos. Son familias disfuncionales, cuyos padres están divorciados, separados. Viven con tíos o abuelos. A falta de figura paterna o materna, hoy en día los infantes tienen acceso a demasiada información en redes sociales, videos y contenidos demasiado cargado de violencia con un solo clic.
¿Qué tenemos como consecuencia de ello? Niños que a edad temprana tienen acceso a drogas, armas, violencia. No es común que tengamos muertes, suicidios, etc. ¿Qué estamos haciendo como sociedad? ¿Qué valores estamos fomentando? ¿Hay gobierno que pueda resolver este problema?
Este ejercicio de reflexión es necesario, toda vez que entendamos que vivir en sociedad tiene consecuencias y acciones que nos afectan o benefician a todos. El simple hecho de vivir armoniosamente con nuestros vecinos, ser empáticos y estar pendiente de nuestros hijos.
Esforzarnos por reforzar valores como la tolerancia, el respeto, la comunicación y la asertividad. No hacerlo, la cosa empeorará debido a que estos niños, eventualmente, crecerán, tendrán acceso a drogas, armas y buscarán satisfacer vicios y malas conductas, y para ello, llevarán a cabo asaltos, robos o venderán droga. ¿Será prudente pensar que ello se soluciona con patrullas, policías y armas? Que se quede para el análisis.