** A pesar de la pérdida de una pierna, sigue guiando a niños en la práctica del basquetbol**
A pesar de un infortunado accidente que le provocó secuelas que a la postre lo llevaron a perder una pierna, Alfredo Baltazar Gil Ajuria, conocido en el medio deportivo de Izúcar de Matamoros como “Chabelo”, cumplirá este año cuatro décadas como entrenador de basquetbol, principalmente de equipos infantiles y juveniles.
Segundo de los cuatro hijos del matrimonio formado por Héctor Gil Reyes y Evelia Ajuria –los otros tres son Héctor, María del Socorro y Mónica Gabriela- Alfredo Baltazar cursó los primeros cuatro años de primaria en la escuela “Herculano Sánchez” de esta ciudad, y los dos restantes, así como la secundaria, en el Centro Escolar Presidente Lázaro Cárdenas.
Debido a su carácter inquieto, su madre lo inscribió en el seminario menor “Juan Ponce de León”, de la ciudad de Puebla, pero muy pronto ambos se convencieron de que Alfredo no tenía vocación para el sacerdocio, por lo que se cambió a la Normal Primaria en la misma institución, aunque sólo cursó un año, pues al inaugurarse la Escuela Norma de Matzaco, decidió concluir en esa institución la carrera de maestro, lo que ocurrió en 1979.
Fue en su estancia en la Normal donde se ganó el mote de “Chabelo” que le ha acompaña hasta la fecha y con el que toda la gente lo identifica. En esa época dio el “estirón”, por lo que los pantalones empezaron a quedarle cortos. La solución que se le ocurrió fue cortarles las piernas y dejarlos como bermudas con tirantes. Al verlo, sus compañeros lo bautizaron como “Chabelo”, comparándolo con el personaje de televisión.
-Sus inicios como entrenador
Aunque entre sus planes no se encontraba el basquetbol, debido a que su estatura no llegaba a 1.70 metros, mientras que quienes en esa época practicaba dicho deporte, entre ellos Los Canguros, Los Pascualli y su hermano Héctor rebasaban el 1.80, por azares del destino empezó a entrenar al equipo de la escuela primaria de Teopantlán, donde trabajaba como docente. Esto ocurrió porque en esa institución no había maestro de Educación Física.
Tan afortunado fue su debut como entrenador que el equipo de esa institución participó en las competencias deportivas infantiles y juveniles, obteniendo el primer lugar a nivel estatal, por lo que representó al estado de Puebla en los Juegos Prenacionales efectuados en la ciudad de Oaxaca, obteniendo su pase a la final, que se realizó en el Estado de México.
En las competencias nacionales su equipo quedó en quinto lugar, lo que le valió ser nominado como quinto mejor entrenador de dicha competición.
Debido a estos resultados, el teniente coronel Raúl Velasco de Santiago lo mandó llamar para proponerle que se dedicara de lleno a los deportes, en lugar de estar como maestro de grupo. Lo que ocurrió finalmente fue que unos meses del año laboraba como maestro de grupo, y otros como entrenador.
-El accidente y la pérdida de la pierna
Además de dedicarse a la docencia y a entrenar los equipos de basquetbol, Alfredo tenía un negocio de paquetería, por lo que viajaba con frecuencia al extranjero. En uno de esos viajes, hace dos años, cuando regresaba de Nueva York, sufrió un accidente automovilístico que le provocó una lesión en la pierna.
Como tenía las competencias nacionales en puerta, no se atendió adecuadamente y soportó el dolor durante ocho meses, hasta que llegó un momento en que éste se volvió insoportable,. Al acudir al médico, recibió la fatal noticia: tenía gangrena, por lo que deberían amputarle la pierna.
Le costó mucho asimilar el golpe: la tristeza y la desolación lo invadieron, al pensar que para él había terminado la actividad a la que había dedicado la mayor parte de su vida: el basquetbol.
Si logró superar esa situación fue en gran parte gracias a sus alumnos, quienes lo convencieron de que continuara entrenándolos. “Profe, usted jamás corrió con nosotros, usted nunca jugó con nosotros, así que desde su silla de ruedas puede seguir dirigiéndonos”, le dijeron.
Y eso fue exactamente lo que hizo: seguir entrenado a niños cuyas edades van de los 5 a los 14 años.
Además de haber sido nominado el quinto mejor entrenador de las competencias nacionales en 1979, de haber llevado al estado de Puebla a los Juegos Prenacionales durante 17 años consecutivos, y de haber obtenido dos campeonatos Prenacionales en Taxco, Guerrero, “Chabelo” tiene entre sus grandes satisfacciones el que su equipo le haya ganado por un punto de diferencia a la Academia de Niños Triquis, en Tepexi de Rodríguez.
A dos años del fatal accidente que lo postró en una silla de ruedas, “Chabelo” se ha trazado otro objetivo: reunir dinero para adquirir una prótesis que le permita volver a caminar. Para ello, a partir de esta semana empezó a laborar como empacador en Bodega Aurrerá.
El objetivo es claro: “¡Quiero volver a caminar!”, enfatiza.
]]>