** En Puebla, el maltrato a los animales animal puede alcanzar penas de hasta cuatro años de cárcel y multas de 400 días de salario **
Miguel Cabrera / Izúcar de Matamoros, Pue.
Aunque el de “Ningo”, el perrito callejero que fue mutilado por un trabajador de limpia del Ayuntamiento de Huehuetlán El Chico tuvo un final feliz, muchos de los casos de maltrato animal que se registran todos los días quedan en la impunidad.
Hasta hace no mucho tiempo el maltrato hacia los animales era parte de la “normalidad” cotidiana; y aunque en los últimos años se ha ido generando conciencia sobre la necesidad de respetar y proteger toda forma de vida, y en particular la vida animal, la del maltrato sigue siendo una realidad cotidiana.
En muchos países, entre ellos el nuestro, se ha tipificado como delito el maltrato hacia los animales, pero esto no ha logrado frenar lo que se define como “un comportamiento irracional de una persona hacia un animal con el objetivo de causarle sufrimiento, estrés o, incluso la muerte”, que tiene su origen en la necesidad de algunas personas de poner de manifiesto su superioridad y hegemonía hacia los animales.
El maltrato animal puede manifestarse de muchas maneras, que van desde no proporcionarles agua, alimentos adecuados, un espacio digno y las condiciones higiénico-sanitarias elementales, hasta dejarlos a la intemperie, golpearlos, torturarlos, e incluso envenenarlos.
Casos de maltrato en Izúcar de Matamoros
Esta realidad cotidiana no es ajena al municipio de Izúcar de Matamoros, donde prácticamente todos los días se registran casos de maltrato hacia los animales; los más vulnerables son los perros.
Uno de estos casos es el que vecinos de la calle Victoria dieron a conocer a Enlace Noticias. Refirieron que en un domicilio de esa calle los propietarios mantienen permanentemente en la azotea a dos perros, los cuales carecen de un techo que los proteja de los rayos del sol y de la lluvia.
Aunque no han podido observar si los dueños les proporcionan agua o alimentación adecuada, sí se han percatado de que los animales carecen de un lugar donde guarecerse, por lo que cuando llueve permanecen todo el tiempo bajo el agua.
Otro caso es el que relataron vecinos del callejón Filadelfo, del barrio de Santiago Mihuacán, quienes señalaron que en una vivienda de ese lugar se encuentran varios perros prácticamente en el abandono, pues los dueños sólo acuden de vez en cuando, por lo que los animales pasan varios días sin comer y permanecen a merced de las inclemencias del tiempo, pues se encuentran a la intemperie.
Un caso más al que tuvo acceso este reportero fue el de un perro de la raza French Poodle cuyos dueños lo tienen en el interior de un departamento del barrio de San Bernardino. Los vecinos denunciaron que el animal es víctima de maltrato frecuente, pues sus dueños lo patean, lo golpean con el palo de una escoba y lo mantienen en cautiverio todo el tiempo.
“¡Qué lástima que en Izúcar no contemos con una perrera, para albergar a ese pobre perrito y que dejara de sufrir con gente que no tiene la capacidad de tener una mascota!”, expresó uno de los vecinos.
El maltrato animal está tipificado en Puebla
Aunque en el municipio de Izúcar de Matamoros no existe un glamento que contemple el tema de la tenencia responsable de los animales de compañía, y en consecuencia el tema del maltrato, el ayuntamiento recibe las denuncias de los ciudadanos sobre este tipo de conductas y les da seguimiento, pero se ve limitado en su actuación, por la inexistencia de un albergue para animales.
En el estado de Puebla el maltrato animal está tipificado como delito, pues el artículo 470 del Código Penal establece: “Al que, mediante acción u omisión, realice actos de maltrato o crueldad en contra de cualquier animal con la intención de ocasionarle dolor, sufrimiento o afectar su bienestar, provocándole lesiones que no pongan en peligro la vida, se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y multa de 50 a 100 días de salario”.
El mismo artículo establece que «Si las lesiones ponen en peligro la vida del animal, las penas se incrementarán en una mitad”; y “Si los actos de maltrato o crueldad provocan la muerte del animal, se impondrán de dos a cuatro años de prisión y multa de doscientos a cuatrocientos días de salario”.
El caso de “Ningo”, es un llamado de alerta para que los gobiernos locales contemplen en su reglamentación el tema del maltrato a los animales. Pero también una llamada de atención para quienes deciden tener en casa un animal de compañía, porque esto implica una gran responsabilidad.
Los animales no son un juguete; tampoco son “mascotas”: son seres vivos que sienten, sufren, necesitan alimentos y cuidados y, sobre todo, también requieren cariño.
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