Suman mas de 2 mil 800 edificios coloniales en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, estos son los que quedan de pie porque es probable que unos mil por lo menos ya ha sido demolidos en el transcurso del tiempo.
Por esta riqueza arquitectónica y cultural en 1987 la Ciudad de Puebla fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, por algo fue que le dieron este honroso título a nivel mundial, nombramiento que está en riesgo de perderse.
Pues bien, ese patrimonio de la humanidad está en peligro de desparecer por el abandono en el que se encuentra, el sistema político lo ha puesto en remate, está a la venta al mejor postor, los millonarios ya empezaron a comprar monumentos coloniales.
De nada sirve que existan leyes federales y un Instituto Nacional de Antropología a Historia pues cada vez son menos los monumentos coloniales que quedan, es como una destrucción hormiga, lenta pero constante.
Así como hoy se puso a la venta el monumental edificio de la avenida Reforma 710, el Hospicio o Casa del Niño , edificio del siglo XVII, otros ya están siendo intervenidos por los compradores, quienes con el permiso del INAH, los derriban y si acaso respetan sólo las fachadas, ejemplos hay muchos: 2 sur y 9 oriente donde hay un museo, la 2 oriente y bulevar 5 de Mayo, el Mercado la Victoria, avenida 5 de Mayo y la 4 oriente, Casa del Torno que fue demolida en la pasada administración, etc.
Bueno sería que los particulares invirtieran para rescatar monumentos coloniales pero respetando las leyes federales en la materia, es decir, remodelar los edificios pero sin hacer modificación alguna.
Los empresarios que compran edificios coloniales lo primero que piensan es convertirlos en hoteles y para eso los modifican o los derriban en su totalidad, ellos por lógica invierten para hacer negocio, les vale un cacahuate que sean monumentos históricos.
Por ejemplo si se llegara a cometer el error de vender el edificio del Hospicio, de Reforma 710, lo más probable es que lo inversionistas lo modifiquen en su totalidad y lo conviertan en un moderno y lujoso hotel cinco estrellas, el espacio es muy atractivo, más de 7 mil 500 metros cuadrados, de cometerse ese error Puebla y los poblanos perderían uno de los edificios coloniales más bellos, más impresionantes.
Nunca el gobierno de Puebla, ni del estado, ni de la capital, han puesto en marcha un programa de rescate del Centro Histórico que implicara un presupuesto para rescatar cada uno de los más de 2 mil 800 monumentos coloniales que quedan, al mismo tiempo de poner en marcha un proyecto para hacer de este Centro Histórico el mejor del mundo en todos los sentidos, con varias modalidades de transporte, calles peatonales, áreas verdes, comercio, zona habitacional, etc.
El Centro Histórico de Puebla se está perdiendo gradualmente, cada vez hay menos monumentos coloniales, son cientos los que se han perdido a través del tiempo, sólo hay que recorrer cada una de las calles y manzanas del Centro Histórico para comprobar cuántos edificios se han perdido.
Si el Centro Histórico de Puebla ya es Patrimonio de la Humanidad, el gobierno ya tiene facultades para intervenir y rescatar cada uno de los edificios, y si no tiene facultades pues que se legisle para que las tenga, de lo que se trata es de proteger esa riqueza que se está perdiendo, hay cientos de edificios abandonados por sus propietarios, se están cayendo.
De seguir ese proceso de pérdida de edificios coloniales es probable que a mediados de este siglo queden sólo unos mil 400 monumentos coloniales, y que a finales de siglo no quede ninguno, quizás el único que sobreviva sea la catedral si es que le siguen dando mantenimiento, no vaya a suceder que también la pongan a la venta, son capaces.
La pérdida de los edificios del Centro Histórico es una muestra más de cómo gobierno y sociedad actual no tienen el menor interés en proteger el patrimonio histórico, como son defensores de lo nuevo, lo moderno, cada año eliminan edificios coloniales, la autoridad lo permite, lo tolera, y ejemplos hay muchos.
Hay grupos defensores en la sociedad civil pero son como un grito en el desierto, nadie los escucha, la sociedad y sus gobiernos parecen no escuchar, y la destrucción sigue.
Va a llegar el día en que la sociedad del futuro sabrá que aquí hubo un Centro Histórico grandioso con más de 2 mil 800 edificios monumentales pero que por la irresponsabilidad de la sociedad y gobierno se perdieron, se dirá que el único monumento que se salvó fue la catedral, pero que su estructura está dañada por los sismos que han pasado y que posiblemente sea demolida, con lo que toda evidencia del pasado habrá sido eliminada.
Estamos a tiempo de rescatar el Centro Histórico, el llamado es todos lo que habitamos esta gran ciudad, lo que se requiere es que se impulse un programa de rescate, un proyecto para cuidar esta riqueza arquitectónica y cultural que pocas ciudades en el mundo tienen, se puede, no es un imposible.