Nicolás Dávila Peralta
Al finalizar este mes de marzo se inician formalmente las campañas electorales en toda la república. Además de Presidente de la República, se elegirán senadores y diputados federales; en el caso de Puebla, también se elegirán gobernador, diputados locales y presidentes municipales.
Desde luego, la atención de los electores estará en los candidatos presidenciales; sin embargo, hay que poner atención en los candidatos a diputados federales que los partidos políticos proponen, porque son ellos y los miembros del Senado los encargados de elaborar las leyes del país; misma tarea que tienen los diputados locales en cada estado.
Sin embargo, a pesar de la importante tarea que tienen los diputados federales, poco se analiza el perfil de los candidatos, por la idea errónea de que el diputado tiene como trabajo principal gestionar recursos para los municipios de su distrito. Lo hemos visto siempre, cuando un alcalde inaugura una obra, le da las gracias al diputado federal por los recursos gestionados.
Pero un diputado es electo para representar los intereses de los ciudadanos al momento de presentar iniciativas, analizar proyectos de ley y aprobarlas. La falta de educación cívica del electorado llega al punto de recibir a los candidatos a diputados con escritos de peticiones que no corresponde a ellos conceder.
Los diputados son responsables del aumento o disminución de impuestos, la distribución de los recursos públicos y la asignación de salarios del Presidente de la República y de ellos mismos; además la aprobación de la deuda pública, pero principalmente elaborar y aprobar las leyes del país.
Como legislador se requiere que el candidato a diputado conozca la Constitución de la República y las leyes existentes; pero sobre todo sea una persona que esté en contacto con la realidad del distrito que presume representar.
El elector debe tener presente, al momento de votar, que a quien escoge como diputado es una persona que analizará y, en su caso, aprobará las leyes que el Poder Ejecutivo promulgará, sean o noen beneficio de los ciudadanos.
El diputado debe saber legislar y, para eso, debe tener un proyecto de país, basado en principios políticos y filosóficos de lo que quiere para su distrito y para la nación. Desgraciadamente, la mayor aspiración de los diputados (puede haber excepciones, y ojalá así sea) es hacer carrera política y, para eso, pone su voluntad y, por lo mismo, su libertad política y su voto en la Cámara de Diputados, en manos del líder de su partido, del de su bancada y, si es integrante del partido en el poder, según sea la voluntad del presidente de la república o el gobernador de su estado.
Así pues, cuando el ciudadano vota por determinado candidato, solo motivado por las promesas hechas o los regalos entregados a sus simpatizantes, muestra, en primer lugar, su falta de educación política, su ignorancia del trabajo que debe hacer un diputado y de los derechos que como ciudadano tiene de ser bien representado en el Congreso de la Unión.
Pero lo más grave es la cultura de la mendicidad política. El ciudadano mendigo ve en el político un donante, alguien a quien hay que pedirle lo que se necesita, desde una despensa hasta dinero para una carretera.
Antes de emitir el voto por un diputado federal o local, vale la pena que el elector se pregunte:
¿Quién es el candidato por el que voy a votar?
¿Tiene capacidad para las responsabilidades que el cargo requiere?
¿Qué proyectos tiene para responder a través de las leyes a los problemas que tiene su distrito?
No es posible que en el Poder Legislativo volvamos a tener diputados como Carmen Salinas y otros más que van a la Cámara a levantar el dedo sin conciencia clara de lo que están aprobando.
Retazos:
Los partidos políticos han olvidado su esencia constitucional. El artículo 41 de la Constitución los identifica como “organizaciones de ciudadanos” que deben “hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan”.
¿Hay programas, principios e ideas cuando las coaliciones se dan entre partidos con proyectos de país tan diferentes?