José Antonio Meade, estuvo ayer en Puebla

Gabriel Sánchez Andraca / Puebla, Pue.

El precandidato priísta a la Presidencia de la República, José Antonio Meade, estuvo ayer en Puebla para entrevistarse con la estructura y la militancia del partido que lo postula.

A las 12 horas llegó al Centro de Convenciones de esta capital y ya lo esperaban entre mil y mil quinientas personas en uno de los salones del mencionado Centro.

Llegó acompañado del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza y del comité directivo estatal que encabeza el diputado Jorge Estefan Chidiac.

Ocuparon lugar preferente, el ingeniero Alberto Jiménez Merino, el licenciado Javier López Zavala, el doctor Enrique Doger Guerrero, el licenciado Antonio Godina Herrera y el licenciado Juan Carlos Lastiri Quiroz.

Estaban presentes los dirigentes de los sectores campesino, obrero y popular, así como organizaciones adheridas al priísmo, como Antorcha Campesina, la Central Campesina Independiente, la Organización de Mujeres priístas y de jóvenes también del PRI.

El precandidato arriba de la tribuna solo, respondió todas las preguntas que quisieron hacerle los representantes de los diferentes sectores del Partido Revolucionario Institucional.

Es el primer candidato presidencial del PRI que es simpatizante pero no millitante del partido, aunque tampoco lo fueron, aunque no oficialmente, ni Miguel de la Madrid, ni Ernesto Zedillo, que fueron habilitados con credencial y todo, poco antes de su respectivo destape.

La CTM, pidió al casi candidato presidencial, que expusiera cual sería su política obrera, es decir, qué haría para mejorar las condiciones de las familias de la clase trabajadora; una mujer de Cuetzalan interrogó a Meade sobre su política para impulsar y proteger a las mujeres acosadas por el feminicidio, sin dejar de elogiar el que en el gobierno de Peña Nieto se haya acordado la paridad al 50 por ciento de posiciones políticas para las féminas.

Se le interrogó sobre su política para dar esperanza a los jóvenes, que muchas veces terminan una carrera universitaria y se encuentran con la brutal realidad de que no encuentran ocupación; sobre los campesinos que emigran a los Estados Unidos, en el caso de Puebla, de la mixteca y que además de que son explotados, ahora tienen la amenaza del actual gobierno estadounidense de perseguirlos hasta expulsarlos, etc.

Con el sistema de pasearse por la pasarela, como hacen los nuevos políticos mexicanos, Meade respondía a todas las preguntas mientras porras y gritos de “¡Meade Presidente!” atronaban el espacio.

Por casi dos horas interactuaron el aspirante presidencial y los priístas poblanos.

Para varios compañeros periodistas, el acto fue un acto netamente priísta, como cualquier otro. No había ningún cambio, los mismos rituales, las mismas preguntas amables y las mismas respuestas amables también. No escuchamos ninguna interrogante que se refiriera a la violencia que asola a la mayor parte de las entidades del país, ningún reclamo contra la corrupción. Todo marchó bien, de acuerdo a la tradición priísta.

Estuvieron dirigentes municipales del PRI de varias regiones del Estado, miembros del Consejo Nacional priísta y dirigentes de las organizaciones que militan dentro del partido tricolor. No se vio ninguna delegación de los partidos aliados del PRI, es decir, no estuvieron representados ni los del Verde, ni los del PANAL.

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