Columna de Opinión
En la Ciudad de México la estrategia de seguridad implementada por Omar García Harfuch fue un éxito, pero su aplicación requiere recursos y sobre todo conocimiento e inteligencia, algo que hasta ahora se carece en Puebla y que el gobernador electo, Alejandro Armenta deberá tener en cuenta para que el estado sea tomado en cuenta con seriedad.
Prevención del delito fue una de las áreas que mejores resultados obtuvo, la cual estaba relacionada con labores de inteligencia, recopilación de información, mapas de calor y acciones para literalmente salvar a jóvenes de las amenazas de grupos delictivos de sus localidades.
A través de visitas a las zonas de mayor incidencia delictiva, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México obtenía información sobre las actividades de los grupos locales, delitos y zonas de operación y este programa incluía la protección a los informantes.
De tal suerte que creaban un vinculo con la sociedad y también se obtenían información que permitía compartir el crimen focalizado a las diferentes regiones.
Algo que en Puebla no pasa, la prevención del delito esta focalizado a realizar una que otra jornada en las cabeceras municipales y algunas zonas populares, llevar botargas y juegos sin sentido que entretienen por algunos minutos a los niños que asisten, se toman fotos y se van del lugar.
El área esta controlada por los amigos de la socialité Liliana Rosas Labastida, titular del Consejo Estatal de Seguridad Pública y una de las incondicionales de Manuel Alonso García, que lo más destacado que han hecho es salir en denuncias por abusos contra su personal.
Para que Puebla pueda ser tomado con seriedad en la estrategia de seguridad nacional deberán alinearse con un trabajo serio a lo que se estará realizando a nivel nacional y con personal con ganas y que sepa hacer el trabajo.
Otro de los aspectos que funcionaron en la estrategia que se replicará a nivel federal fue dotar de mayores facultades a la Secretaría de Seguridad Pública que al menos en Puebla tiene muchos más elementos que la Agencia Estatal de Investigación de la Fiscalía General del Estado.
Ampliar las facultades permitirá un mejor combate a los delitos para lo que el próximo titular de la Secretaría de Seguridad Pública necesitará del Congreso del Estado y de una revisión para arrebatar el control de la Policía Estatal de mandos corruptos.
Por cierto. En los próximos días un nuevo escandalo se destapará en la Policía Auxiliar, no es nuevo los negocios turbios que se manejan en la nueva caja chica de Aguascalientes.