Abraham Onofre / Acatlán de Osorio, Pue.
En un inquietante incidente que ha dejado a una familia y su negocio bajo amenaza, empleados de un taller mecánico de clutch y frenos de Acatlán de Osorio, ha denunciado un caso de acoso e intimidación por parte de un cliente que se presentó en su establecimiento con la intención de rectificar unos discos.
El día de la confrontación, un individuo proveniente de Tehuitzingo llegó al taller donde, tras pagar 500 pesos por la rectificación de los discos, inició una serie de acusaciones infundadas. Según el afectado, la situación escaló rápidamente cuando el hombre comenzó a afirmar que los discos entregados no eran los suyos y exigió la devolución de su dinero, amenazando con consecuencias si no se cumplían sus demandas.
“Nos empezó a insultar, y cuando le dije que llamaría a la policía, respondió que no le importaba y que, si no le entregábamos lo que pedía, me iba a quemar el establecimiento”, relató el empleado, quien se mostró visiblemente angustiado por la situación.
El ambiente se tornó aún más tenso cuando el hombre continuó con los insultos y se retiró del lugar, pero no sin antes expresar amenazas de violencia. El perjudicado, preocupado por la seguridad de su negocio y su familia, decidió tomar una fotografía del vehículo del agresor que cuenta con placas e circulación UFJ653A y reportar la situación a Vialidad Municipal. Las llamadas amenazantes comenzaron a llegar a su teléfono cada pocos minutos, incrementando su temor por la integridad de su establecimiento.
“Ya es un caso de delito. Esta persona no vino como un cliente de buena fe, sino con intenciones maliciosas”, afirmó el trabajador, quien es licenciado en derecho y tiene experiencia en la prevención de la violencia y delincuencia. El propietario ha tomado medidas adicionales, incluyendo la notificación a las autoridades competentes, como el Ministerio Público y el juez calificador, para asegurar la protección de su negocio y su familia.
La víctima enfatiza la importancia de que otros comerciantes no se dejen intimidar y que mantengan la confidencialidad sobre su información personal y empresarial. “No debemos permitir que este tipo de situaciones se normalicen. Si no denunciamos y no hablamos con los medios, corremos el riesgo de caer en un ciclo de violencia y delito”, alertó.
El taller mecánico, que cuenta con todas las licencias y permisos en regla, se ha convertido en un espacio de preocupación y miedo para el agraviado y su familia, quienes temen que este acto de acoso no sea un caso aislado, sino parte de un modus operandi más amplio que podría repetirse en otros negocios de la región.
El denunciante está decidido a presentar su denuncia en la Fiscalía en las próximas horas y espera que su testimonio sirva de alerta para otros comerciantes. “Es fundamental que todos estemos alertas y que no proporcionemos información innecesaria a extraños que puedan representar una amenaza”, concluyó.