Redacción / Izúcar de Matamoros, Pue.
La tranquilidad de los habitantes de Izúcar de Matamoros, se ha visto gravemente afectada por una alarmante ola de robos de vehículos que ha ido en aumento en las últimas semanas. Los recientes acontecimientos, que incluyen hurtos violentos y audaces, han dejado a la comunidad en un estado de alarma y desconcierto, cuestionando la eficacia de las autoridades locales en el combate a la delincuencia.
La madrugada del 7 de agosto, una camioneta Nissan modelo NP300 Frontier, del año 2023 con placas de Guerrero, fue robada de forma violenta en la Carretera Internacional a Oaxaca, cerca del paraje “El Tepenene”. Según el afectado, mientras conducía, fue seguido por un vehículo Chevy blanco y otra unidad, la cual lo interceptó, obligándolo a detenerse bajo amenaza con armas de fuego. Los delincuentes lograron huir con el automotor, dejando al propietario en estado de shock.
Este incidente se suma a una serie de robos ocurridos el 5 de agosto en el Mercado Revolución, donde tres camionetas Nissan fueron sustraídas. La situación plantea serias preocupaciones sobre la seguridad en uno de los puntos comerciales más concurridos de la ciudad, reflejando una tendencia inquietante que ha ido en aumento desde el mes pasado.
En julio, el panorama fue aún más desalentador. Durante ese mes, se registraron múltiples robos de vehículos y motocicletas, creando un ambiente de temor entre los residentes. El primer caso documentado ocurrió el 3 de julio, cuando una motocicleta de la marca Italika, color blanco, fue sustraída frente a un domicilio en el crucero de Colón.
Un video difundido en redes sociales, mostró al presunto ladrón huyendo en dirección a Atencingo, marcando el inicio de una serie de hurtos que solo en los primeros días del mes ya comenzaban a alarmar a los vecinos. El 9 de julio, la situación se tornó más grave, cuando se reportó un robo a mano armada frente al Hotel Malibú, donde una motocicleta Italika Z de color rojo fue despojada de sus propietarios. Ese mismo día, otra unidad de dos ruedas color azul fue robada en la madrugada, la cual estaba estacionada frente al panteón municipal.
Estos incidentes reflejan un patrón claro: los delincuentes no solo roban motocicletas, sino que se están volviendo cada vez más audaces y violentos. Los días siguientes no trajeron alivio a los habitantes de Izúcar. El 12 de julio, se reportó el robo de una Yamaha 125 en el barrio de la Asunción, mientras que el 15 de julio se registró otro ilícito en el barrio de San Juan Coahuixtla, donde una motocicleta Vento modelo 2024 fue sustraída por dos individuos que se dieron a la fuga en dirección desconocida
Los testigos describieron a los ladrones vistiendo ropa distintiva, lo que sugiere la posibilidad de que estos actos criminales estén siendo ejecutados por la misma banda delictiva. El 16 de julio, se reportaron más robos, incluyendo uno en el barrio de Santo Tomás, donde una moto Yamaha fue robada en un descuido del propietario. A su vez, otro hecho similar se produjo en San Nicolás Tolentino, donde una unidad Italika 200 fue sustraída en el camino blanco con uso de armas de fuego.
La situación alcanzó un nuevo nivel de preocupación, ya que el pasado 25 de julio, un vehículo Nissan Tsuru 2010 fue robado en plena celebración de Santiago Apóstol, un evento donde miles de personas se congregaron en el centro de Izúcar. Los propietarios, confiados en que su auto estaría seguro en una zona concurrida, quedaron atónitos al descubrir que su vehículo había desaparecido entre la multitud de carros estacionados.
La combinación de festividades y la despreocupación de los ciudadanos, han creado un entorno perfecto para la delincuencia. Los robos de vehículos en Izúcar de Matamoros no solo reflejan un problema de Seguridad Pública, sino que también exponen la vulnerabilidad de los ciudadanos ante la creciente ola delictiva. La comunidad exige medidas efectivas y una mayor presencia policial para restaurar la tranquilidad y la seguridad en las calles de este municipio.
Los ciudadanos de Izúcar de Matamoros demandan acción inmediata por parte de las autoridades municipales. La falta de medidas efectivas y una visible presencia policial han alimentado la creciente sensación de vulnerabilidad. A medida que se acumulan los reportes de robos, la pregunta que persiste es: ¿qué están haciendo las autoridades para poner un alto a esta ola de robos y garantizar la seguridad de los ciudadanos?
La comunidad exige respuestas y soluciones concretas para restaurar la confianza en sus autoridades.
La creciente ola delictiva no solo representa un problema de inseguridad, sino que también afecta la calidad de vida y la tranquilidad de los habitantes de Izúcar de Matamoros. La urgencia de una respuesta efectiva es más evidente que nunca.