Abraham Onofre / Huauchinango, Pue.
La ciudad de Huauchinango se ha visto sacudida por una serie de eventos violentos, que han dejado un saldo trágico. Todo comenzó el pasado viernes 21 de junio, cuando Ulises, de 23 años de edad, y José Crispín, de 30 años, ambos supuestos policías municipales de Ahuazotepec, fueron brutalmente asesinados a balazos.
Según el Consejo Estatal de la Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), estos individuos estaban desempeñando funciones de manera irregular, pues habían sido reprobados en los controles de confianza, y no estaban registrados como uniformados.
El ataque ocurrió mientras Ulises y José Crispín se encontraban estacionados en un vehículo Jetta, con placas de Hidalgo, en la colonia Miguel Hidalgo de Huauchinango. Ellos fueron emboscados por hombres armados, quienes les dispararon múltiples veces, causando la muerte casi instantánea de ambos.
Vecinos alarmados por el tiroteo, llamaron a los servicios de emergencia, pero al llegar al lugar del hecho, los paramédicos confirmaron que los masculinos agredidos ya habían fallecido.
Este incidente ha levantado serias interrogantes sobre la presencia y la función de individuos no debidamente autorizados dentro de las fuerzas policiales. El Consejo Estatal instó al alcalde de Ahuazotepec, a esclarecer por qué Ulises y José Crispín estaban activos en la corporación, pese a no cumplir con los requisitos legales para ser policías.
Como secuela de estos trágicos eventos, dos cuerpos más fueron encontrados posteriormente en una camioneta Voyager en Huauchinango. Uno de los occisos fue identificado como Marco Antonio González, director de Seguridad Pública de Ahuazotepec, de 27 años; mientras que el otro hombre llevaba por nombre Bernardo Cruz, comerciante local.
Las circunstancias de estas otras muertes están siendo investigadas, para determinar cualquier posible conexión con el asesinato de Ulises y José Crispín. Las autoridades locales han prometido una investigación exhaustiva para esclarecer los motivos detrás de estos violentos sucesos, y asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia.
La comunidad de Huauchinango se encuentra consternada por estos eventos, que han puesto de relieve la necesidad de revisar y fortalecer los procedimientos de reclutamiento y supervisión dentro de las fuerzas policiales, para garantizar la seguridad y la confianza pública.