El líder de Antorcha Campesina del municipio de Cuayuca de Andrade, Nibardo Hernández Sánchez sufrió un atentado el pasado primero de octubre, salió ileso pero sigue recibiendo amenazas de muerte.
Dijo que el primero de octubre a las 6:00 de la tarde, viajaba con otras personas en una camioneta, se dirigía a la cabecera municipal de Cuayuca de Andrade, proveniente de una comunidad llamada El Organal, cuando de pronto un comando armando les disparó en varias ocasiones; en tres de ellas, las balas impactaron en la unidad, una en la parte trasera y dos en el toldo, el ataque fue con la intención de privarlos de la vida, afortunadamente y por reacción de quienes viajaban en el automotor, lograron salir ilesos.
Cinco días después del atentado, el jueves 6 de octubre, a las 10:12 de la noche, el dirigente antorchista recibió un mensaje de texto con una amenaza en su teléfono celular, en el que decía; “hijo de la chingada ingeniero pendejo, sigue lo demás, sabemos dónde andas y con quien, fuera de Cuayuaca, lo demás muy pronto…” (sic).
En un comunicado enviado por la organización, señalan de manera textual: Ambos hechos, el atentado y mensaje de muerte posterior, no son crímenes comunes, es decir, producto de un “ajuste de cuentas” o “rencillas personales” del ingeniero Nibardo Hernández, sino que se trata de agresiones que tienen que ver con el trabajo de activismo político que desarrolla en aquella zona de la Mixteca Baja Poblana, una de las más pobres y olvidadas del país por el gobierno estatal y federal.
Continúa, “el respaldo de la población no es bien visto por quienes durante muchos años medraron y se enriquecieron a costa de exprimir al municipio, porque los aleja de su sueño de volver a gobernar Cuayuca. La cabeza más visible de este grupo de adinerados es el ex presidente Álvaro Cabrera Alonso”.