Redadas en campos agrícolas y bloqueo a ganado mexicano
**Trump desata el terror con “invasiones violentas” en granjas de California**
**Estados Unidos ha comenzado una nueva ofensiva en su política migratoria y comercial, que afecta directamente a México**
Redacción / Información internacional.
En menos de una semana, dos decisiones ejecutadas desde Washington han sacudido el vínculo bilateral: una redada masiva en granjas agrícolas de California, que terminó con la muerte de un trabajador migrante y la detención de al menos 200 personas, y el cierre inmediato de la frontera a la importación de ganado mexicano, por un nuevo caso del gusano barrenador detectado en Veracruz.
Ambos hechos, cargados de fuerza simbólica y consecuencias prácticas, revelan el endurecimiento de la estrategia estadounidense bajo la sombra del presidente republicano Donald Trump.


Muerte en los campos del norte
Lo que ocurrió el pasado jueves 10 de julio, en los campos de cultivo de cannabis legal de Glass House Farms, en Camarillo y Carpintería (California), ha desatado una ola de indignación y horror.
Helicópteros, vehículos militares, gases lacrimógenos y agentes armados del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), irrumpieron en plena jornada laboral. En medio del caos, Jaime Alanís, un trabajador migrante, cayó desde el techo de un invernadero mientras intentaba escapar. Sufrió heridas fatales. Horas después, murió en el hospital.
Las escenas que se vivieron en estas redadas, recuerdan episodios históricos de represión y persecución. La Unión de Campesinos de Estados Unidos, fundada por César Chávez y Dolores Huerta, denunció no solo la violencia de las detenciones, sino también el uso de fuerza desproporcionada: menores de edad atrapados entre gases, ciudadanos estadounidenses retenidos durante horas, confiscación de teléfonos celulares, y eliminación forzada de fotos y videos de los operativos.
“El ICE se ha convertido en una especie de Gestapo”, declararon los legisladores demócratas. Desde las calles, al menos 500 personas protestaron. En el fondo, no solo se trata de una operación contra la migración irregular: se trata de un mensaje político.
Trump, desde su red social, calificó a los migrantes como “matones” y pidió detenerlos “por cualquier medio necesario”. Su retórica, agresiva y deshumanizante, legitima acciones que, según organismos de derechos humanos, violan leyes estatales y federales.
Lo que para el presidente estadounidense es un triunfo en la “lucha por la seguridad nacional”, para los familiares y comunidades afectadas es una tragedia. Trabajadores como Jaime (quien falleció), no estaban armados ni eran criminales. Estaban trabajando. Eran parte esencial de una cadena agrícola, que sostiene la economía californiana y, por extensión, la alimentación de millones.


Ganado mexicano, otra víctima del cierre fronterizo
Mientras en California se perseguía a los migrantes, en la frontera se frenaba la entrada de ganado mexicano. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, anunció el cierre inmediato de la frontera para reses, bisontes y caballos, tras detectar un nuevo caso de “gusano barrenador” en Veracruz.
La decisión, tomada apenas dos días después de una reapertura parcial, fue calificada como “exagerada” por la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo.
“Desde nuestro punto de vista, Estados Unidos tomó una decisión totalmente desproporcionada”, señaló Sheinbaum en su conferencia matutina. El caso, detectado en la localidad de Ixhuatlán de Madero, fue atendido de inmediato con protocolos científicos, que incluyen el uso de moscas estériles, restricción de movilidad ganadera y vigilancia sanitaria en los puntos críticos.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), recordó que desde el 2021, México ha mantenido un plan de emergencia ante la presencia del gusano, una plaga que históricamente ha afectado al sur del continente.
Sin embargo, los controles han funcionado y, según autoridades mexicanas, el brote está contenido y en vías de erradicación. “En no más de dos semanas todo estará controlado”, afirmó Francisco Javier Calderón, titular del Senasica.
El impacto económico de esta medida, podría ser considerable para los productores mexicanos, especialmente del sur del país, que dependen de la exportación de ganado hacia Estados Unidos. Pero el daño también es simbólico: el cierre revela la fragilidad del acuerdo bilateral en temas sanitarios y comerciales, y evidencia cómo la política interna estadounidense —a menudo cargada de tinte electoral— puede vulnerar intereses legítimos de México.
Una frontera cada vez más violenta
Lo ocurrido en estos días no son hechos aislados. Son parte de una política de contención migratoria, que prioriza el uso de la fuerza sobre el diálogo, y de medidas unilaterales que afectan la economía mexicana.
La frontera sur de Estados Unidos se ha convertido en un campo de batalla, donde los más vulnerables —migrantes, niños, trabajadores del campo, ganaderos— son los primeros en caer. La retórica de Donald Trump y la actuación de cuerpos como el ICE, están tensionando nuevamente la relación bilateral. México ha optado por la vía diplomática y técnica.
Pero el mensaje es claro: el miedo vuelve a recorrer los campos del norte y las granjas del sur. Jaime Alanís murió trabajando, como miles más que cruzan la frontera en busca de un futuro. Y mientras eso ocurre, las puertas para el comercio se cierran, incluso cuando el problema ya está siendo atendido.
Entre redadas y bloqueos, la frontera arde. Y detrás de cada operativo hay historias humanas que merecen ser contadas. Porque ningún ser humano es ilegal. Porque ningún muro —visible o invisible— puede justificar la violencia y la muerte.
