Familiares de Esther Gordillo buscan crear nuevo partido político

** El nieto y el yerno de Gordillo, solicitaron ante el INE el registro de la agrupación Redes Sociales Progresistas (RSP) como partido político**

Redacción / Ciudad de México

La asociación civil Redes Sociales Progresistas (RSP), que encabezan el yerno de Elba Esther Gordillo Morales, Fernando González Sánchez, y su nieto, René Fujiwara Montelongo, formalizó ante el Instituto Nacional Electoral (INE) su trámite para conformarse como partido político.

El pasado fin de semana, la asociación realizó la primera asamblea nacional, la cual estuvo presidida por González Sánchez y Fujiwara Montelongo, donde se señaló que la asociación busca convertirse en una fuerza política de centro-izquierda, cercana a López Obrador y promotora de la denominada “cuarta transformación”.

“No nacimos hoy, estamos trabajando muy duro desde hace año y medio para lograr conciencias y electores. No estamos subiéndonos a la comodidad del poder adquirido, sino que fuimos parte del poder adquirido y queremos seguir siéndolo”, declaró Fernando González.

Cabe señalar que en las elecciones pasadas, Redes Sociales Progresistas apoyó al actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

La asociación debe tener al menos 230 mil militantes, que es lo que marca la ley electoral como requisito fundamental para lograr el registro de partido político nacional. Los simpatizantes deben estar distribuidos en al menos 20 estados o 200 distritos electorales del país.

En cuanto a Elba Esther Gordillo, después de 23 años de tener el liderazgo del SNTE, fue detenida en el año 2013, por los delitos de fraude, lavado de dinero y delincuencia organizada; sin embargo, el 7 de agosto de 2018 fue absuelta de los delitos, por lo que obtuvo su libertad.

Posterior a su liberación, Gordillo reveló que buscará de nueva cuenta el liderazgo del SNTE. 

 

A través de un video, señalo: “México ya cambió porque cambió la forma de hacer la política, quienes representaban la farsa y la simulación han agotado su tiempo: no se trata de un cambio de sexenio sino de la reivindicación de la lucha cívica, una organización no debe estar ajena y menos aún contraria a las aspiraciones de sus representados, a nadie sirve, ni a la sociedad, ni al Estado, ni a la educación, ni a los trabajadores de la educación, un SNTE débil y dividido”.

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