Miles de mixtecos comienzan a prepararse para recibir a sus muertos con las tradicionales ofrendas que colocan en sus hogares, con comida que les agradaba a sus difuntos; una costumbre que pese a la situación que se vive en el país, buscan conservar, tal como lo hacen los habitantes de Huaquechula y Tlapanalá, quienes realizan monumentales altares.
A pesar de la precaria situación económica en la región, las familias deciden invertir entre 30 y 50 mil pesos para seguir celebrando el Día de Muertos, y desde hace un mes o más se preparan en el diseño de sus altares y cada año se esmeran para enaltecer esta tradición.
En Huaquechula, se colocanimpresionantes altares monumentales, los cuales están abiertos al público para que los puedan ir a ver; en Izúcar de Matamoros, van a velar a sus muertos en la noche en el panteón; y en Tlapanalá, colocan ofrendas de gran tamaño con temáticas que se definen por lo que se dedicaban las personas en vida.
Huaquechula
Las ofrendas monumentales de Huaquechula fueron decretadas como Patrimonio Cultural de los poblanos, y cada año los habitantes son los que enaltecen esta tradición al mantenerla viva, esmerándose en la colocación de la ofrenda nueva.
El director de Turismo, Carlos Ismael Ponce Vargas en entrevista dijo: “para los huaquechulenses, esta actividad empieza a partir de que el familiar fallece, dos semanas después la familia estará empezando a organizarse para ir designando quiénes serán los artesanos y la inversión que consideran para su altar”.
Especificó que las personas a las que se dedican los altares son quienes fallecieron de agosto del año pasado a agosto de este año, y se debe a la inversión directa que destinan las familias.
Mencionó que en este año se colocarán 32 ofrendas en la cabecera municipal y que habrá guías de turistas para que los acompañen y expliquen sobre esta tradición en Huaquechula, adolescentes que previamente recibieron capacitación.
Tlapanalá
En el municipio de Tlapanalá, se encuentran tratando de enaltecer esta fiesta, dando un toque especial ya que dependiendo de a qué se dedicó o lo que le gustaba al finado, es el tema de la ofrenda.
En años pasados han colocado ofrendas que tienen forma de cancha de futbol, de iglesias, de negocios, o tienen figuras de mariachi, haciendo de estas ofrendas algo diferente a las de Huaquechula.
Estructura de la ofrenda
Las ofrendas están divididas por niveles; en el primer nivel es donde colocan la fruta, la comida, todo lo que le gustaba al difunto, es el nivel más bajo y representa el mundo terrenal.
En el segundo nivel se coloca la foto del difunto y en el tercero la imagen del santo de su devoción, así como ángeles, que son los que lo guiarán en su camino de regreso.
Se tiene la creencia que el día 28 de octubre llegan las almas de las personas que murieron trágicamente. El 29 la ofrenda es para quienes ya han sido olvidados, el “ánima sola”, el 30 las almas del limbo, aquéllos que murieron sin haber recibido el sacramento del bautismo.
El día 31 de octubre llegan las almas de los niños y se van el día 1 de noviembre; el día primero los visitan también las almas de los adultos, y se van el día 2; por lo que después de las 4 de la tarde se lleva a cabo la “levantada de la ofrenda”, se come y comparten las viandas que se pusieron en honor a los difuntos.
Comerciantes se alistan
Durante estas fechas de Todos Santos, los comerciantes de temporada de la región esperan recuperarse económicamente, ya que para ellos es una temporada alta. En el caso del municipio de Izúcar de Matamoros, los vendedores se ubican en el Mercado Nuevo como el año pasado, ofreciendo sus productos tales como: pan, borreguitos, veladoras, velas, dulce y flor de cempasúchil, entre otros.
Pan de muerto de Izúcar es comercializado en el extranjero
Ángel Merlo Márquez, panadero desde hace 30 años, mencionó que la demanda del pan de muerto va en aumento en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, donde los paisano al visitar el municipio se lo llevan para seguir conservando esta tradición.
Manifestó que las hojaldras que preparan son de manera artesanal, ya que no ocupa ninguna maquinaria para poder hacerlas, todo es manual y es cocido en un horno de leña.
En entrevista, Ángel Merlo, mejor conocido como “Merlo”, comentó que aprendió este oficio por su padre, y él a su vez le ha enseñado a sus hijos, a quienes les ha gustado la panadería, que se ha convertido en la fuente económica para ellos.
Dio a conocer que las hojaldras tradicionales que realiza serán enviadas a Estados Unidos, a las ciudades de Las Vegas, Nueva York y Washington, ya que sus amigos se lo han solicitado.
En su panadería, ubicada en Eje Poniente a la altura del Centro Escolar “Presidente Lázaro Cárdenas”, estará vendiendo los tradicionales panes de muerto: la hojaldra, el muertito y el rosquete, además de los panes que vende a diario.
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