José Díaz / Acatlán de Osorio, Pue.
*Son de todo tipo y se comercializan entre la gente de la región
En Chila de las Flores, población situada en los límites del estado con la vecina entidad de Oaxaca, existe un matrimonio que lleva décadas dedicándose a la elaboración de huaraches que hasta estos días, todavía se comercializan entre los pobladores de este lugar y de la región, quienes a decir de los comerciantes, todavía los compran para el uso diario.
La señora Irene Martínez Mata, comentó que su esposo lleva 88 años de vida y la mayor parte de ella, la invirtió en elaborar huaraches que comercializan entre la población de ese lugar, así como en pueblos vecinos. “También nos íbamos a vender a las ferias y llevábamos de todo tipo de huaraches, como el tradicional huarache de hule, de llanta de carro y de cuero que se pinta, son de varios tipos y la gente los compraba y los sigue haciendo para el uso diario, hasta la fecha lo sigue haciendo”, dijo.
Comentó que es buena la venta cuando se reúne la gente en la plaza pública de Chila de Las Flores para cobrar el apoyo que les manda el gobierno federal mediante el programa de abuelitos y el de Prospera, ya que mucha gente aprovecha para comprar el huarache que lo utilizan como el calzado de todos los días.
Detalló que cuando conoció a su esposo, tenía 17 años y a esa edad, ya sabía curtir el cuero de animales como es la res, y desde entonces se dedicó a elaborar huaraches, llegando a ser la mayor fuente de ingresos con que contaban, lo que les permitió vivir cómodamente y sacar adelante a sus hijos, los cuales gracias a que los mandaron a estudiar a la ciudad de Puebla, hoy se encuentran en la Ciudad de México, laborando en importantes empresas.
“Hoy somos los únicos artesanos que quedamos en Chila, ya estamos viejos y con orgullo podemos decir que el huarache nos dio para comer, para vivir y para ver por nuestros hijos, ya que mientras mi esposo se iba al rio a lavar el cuero para el calzado, después lo curtía y los elaboraba, yo me dedicaba a criar puercos, llegando a engordar hasta 40 animales, los cuales después vendía, así fue como pudimos darle estudio a nuestros hijos y ahora que ya trabajan en México (Ciudad de México), vienen cada fin de semana a vernos y a traernos dinero”, expresó.
Comentó que siente tristeza el saber que de su familia, ya no habrá quien se dedique a esta bonita actividad, ya que al ser profesionistas sus hijos y que se dedican a otra actividad, esta tradición de elaborar y vender huaraches, quedará en el olvido.