En la Iglesia de San Crispín de la comunidad de Santiago Ixtaltepec, llegaron 105 menonitas de Chihuahua, Zacatecas y Tamaulipas, quienes por un llamado de Dios arribaron a ese lugar con la misión de construir viviendas provisionales a ancianos y personas con discapacidad que perdieron todo.
Enrique Voth, coordinador de la misión, atiende en el campamento a pobladores, pero asegura que no podrá responder a todos porque sólo tienen planeado armar en 20 días 200 casas prefabricadas de láminas y, en 10 días -el tiempo que tienen en la zona-, llevan construyendo 100.
“Las cuadrillas de jóvenes trabajadores inician a las 7 de la mañana y acaban a las 6 de la tarde; una vivienda la construyen 10 personas en una sola jornada sin parar y hasta que terminan comen” informó.
La llegada de los menonitas a este pueblo que nunca habían visto ni oído, se debió al llamado de Dios, al menos así lo cree y repite Voth, «Dios hizo el terremoto, Dios nos habló, Dios dijo que viniéramos aquí ayudar a la gente, todo es obra de Dios. Los que estamos aquí no nos conocemos, aquí nos vemos por primera vez para ayudar”.
Las iglesias evangélicas menonitas de los tres estados son los que enviaron a sus trabajadores y todo el material para las casas, además de traer consigo sus propios víveres.
Uno de los beneficiarios de la vivienda es la señora Toña y señor Toño, de 74 y 76 años, quienes perdieron su casa tradicional de teja en el terremoto del 7 de septiembre; “como pudimos salimos corriendo, gracias a Dios estamos vivos… por eso, cuando llegaron estos hombres agradecimos a Dios, porque así llegaron, como el temblor, de repente, son un milagro”, dice Antonia mientras presume su nueva casa de colores pasteles.