Emmanuel Anaya / Huehuetlán el Chico, Pue.
Las bibliotecas son espacios públicos o privados que en su interior almacenan libros con diversa información, con el objetivo de que los ciudadanos puedan consultarlos, sin embargo, con el paso del tiempo la tecnología comienza a ganar terreno sobre los libros, pues ésta facilita la búsqueda de información, haciendo que los jóvenes ya no tengan que leer para investigar sobre algún tema.
Aunado a esto, la falta de interés de los pobladores de fomentar la lectura, ha generado que las bibliotecas sean menos frecuentadas. Un ejemplo es la de Huehuetlán el Chico, la cual dejó de ser un espacio para la lectura para convertirse en un lugar recurrido para utilizar sus computadoras y el internet.
La biblioteca que se ubica en el centro de la ciudad, tiene un horario de 9 de la mañana a 8 de la noche, la cual es visitada en su mayoría por estudiantes que van hacer su tarea, no obstante, muchos de estos no consultan los libros para efectuarla, si no que requieren de las máquinas, de acuerdo con Lidia Salgado, encargada de la biblioteca por las tardes.
De acuerdo a la bibliotecaria, los jóvenes mencionan que los libros que se localizan en el lugar ya están “viejos” y no poseen la información que ellos requieren, por lo que optan por utilizar las máquinas.
Asimismo, señaló que el uso del internet no es malo, sino la utilidad que se le dé, pues los jóvenes al buscar la información de su tarea no se detienen a leer, sólo copian, pegan e imprimen, para posteriormente meterse a las redes sociales a navegar.
Aunado a ello, realizó un paréntesis para recalcar que, no sólo es un problema de lectura, sino que también afecta a otras áreas de la vida, como la interacción con la familia o los amigos; “los jóvenes prefieren pasar más tiempo en las redes sociales a platicar con la familia o ver a los amigos”, puntualizó.
Concluyó subrayando que lamentablemente los jóvenes no leen en la región, o son muy pocos los que llegan a realizarlo, ya que aunque la biblioteca es visitada, ninguno se toma el tiempo para leer una novela o algo de interés general, por lo que prevé que las bibliotecas pueden llegar a desaparecer.